Roma – La capitana del barco humanitario Sea Watch 3, Carola Rackete, investigada en Italia por traer a inmigrantes ilegales, presentó hoy una querella contra el ministro del Interior, Matteo Salvini, al que acusa de difamación y de poner en peligro su seguridad por criminalizarla.
Su abogado, Alessandro Gamberini, confirmó a Efe que esta mañana depositó ante la Fiscalía de Roma la querella, en la que se solicita el secuestro de las páginas oficiales de Salvini en Facebook y Twitter alegando que incitan al odio.
En el documento de 14 páginas se acusa al líder ultraderechista de «difamación agravada» e «instigación a delinquir», por las amenazas, incluso de violación, que recibió la joven alemana en redes sociales y de parte de una multitud de exaltados cuando atracó su barco en Lampedusa el 29 de junio.
Se detallan 22 ofensas del líder de la Liga contra Rackete, de 31 años, contenidas en sus vídeos en directo en Facebook, donde es muy activo, en Twitter y en algunas entrevistas de televisión, y se afirma que las páginas oficiales de Salvini difunden «un mensaje de odio».
La querella reconstruye la «campaña de desprestigio» que el ministro ha llevado a cabo contra la ONG Sea-Watch durante semanas.
Rackete denuncia que Salvini la ha calificado «pública y repetidamente» como «chulita, fuera de la ley, cómplice de traficantes, potencial asesina, criminal, delincuente, pirata», entre otros insultos, lo que ha puesto en peligro su seguridad personal y la ha expuesto a posibles agresiones.
Y se transcriben las ofensas sexistas aparecidas en los comentarios a las publicaciones de Salvini y las que le gritaron cuando desembarcó a los inmigrantes en Lampedusa, algunas deseando que fuera violada por «los negros».
Se denuncia que Salvini la ha acusado en sus redes sociales de intentar matar a los guardias de finanzas que trataron de impedir que el barco de la ONG Sea Watch atracara en Lampedusa. «La gravedad del daño a mi honor es evidente».
También se hace hincapié en el riesgo para la seguridad personal de la capitana que han supuesto los cientos de mensajes con amenazas y ofensas, ya que las publicaciones de Salvini generaron «una espiral masiva y generalizada de violencia» contra ella al transmitir «sentimientos viscerales de odio, denigración, deslegitimación y verdadera deshumanización».
Como muestra, se incluye una fotografía publicada por Salvini, en la que el ministro aparece junto con un grupo de mujeres en uniforme y debajo la foto de la joven alemana con las palabras «una criminal», lo que «tiene la connotación de peligro público y recuerda a los carteles de ‘Se busca’, en lo que supone una instigación pública a cometer un delito».
La presentación de la denuncia contra Salvini no ha frenado la verborrea del ultraderechista, que anoche volvió a la carga en un vídeo en directo en Facebook, donde se mofa de «Carola, la comunista alemana» y se declara irónicamente «preocupadísimo» por la querella.
«Atención, ha llegado la señorita Carola que me quiere cerrar las redes. No hay límite para lo ridículo. ¿Entonces ahora solo puedo usar Instagram?».
Y la vuelve a acusar de casi matar a los guardias de finanzas que trataron de impedir el atraque del barco, «esa salvadora de la humanidad, que casi mata a cinco militares, pero eso es un daño colateral».
«Vodka, rublos y dólares para olvidar», escribe Salvini, que se burla así de un plumazo de la querella de la capitana y la investigación que la fiscalía de Milán ha abierto por supuesta financiación con dinero ruso de su partido, la Liga.
Carola Rackete, convertida en una heroína tras desafiar al ministro del Interior y su política de «puertos cerrados», siempre ha defendido su actuación, al llevar su barco al puerto de Lampedusa desesperada por no poder desembarcar a 40 inmigrantes rescatados 17 días antes en el Mediterráneo, lo que le valió ser detenida.
Una jueza de Agrigento (Sicilia) ordenó su liberación al considerar que era su obligación humanitaria rescatar a los inmigrantes.
Pero aún debe comparecer para enfrentarse a la acusación de favorecer la inmigración irregular.