Yesenia Alcerro (arriba) observa a sus hijos Jackson (i) y Jessi Ocampo (d) mientras revisan una página de internet en una computadora portátil en las escaleras frente a su casa ubicada en un barrio al este de Houston, Texas. EFE/Alicia L. Pérez/Archivo

Atlanta (GA) – La comunidad latina ha sido una de las más impactadas por la pandemia del coronavirus, que ha afectado de manera desproporcionada su salud y economía, una crisis que se ha agravado por la carencia de un servicio esencial en el mundo de hoy: internet.

La falta de acceso a la red en muchos hogares latinos representa un grave problema en la actualidad, pero también puede tener repercusiones a largo plazo, según advierten organizaciones defensoras de los hispanos, como la Liga de Ciudadanos Latino Americanos Unidos (LULAC, en inglés), que tratan de crear conciencia sobre la situación y lograr un cambio.

Y es que se estima que un 40 % de los hispanos carece de internet en sus hogares, según las organizaciones SOMOS Community Care y Latino Decisions, que efectuaron un sondeo en pleno pico de la pandemia que reveló los estragos que estaba provocando el virus en esta población.

La covid-19 ha creado «un nuevo sentido de urgencia» sobre la necesidad de la conectividad a la red entre los latinos, en especial en las casi 1.000 comunidades hispanas rurales a lo largo de todo el país, de acuerdo con Sindy Benavides, directora ejecutiva nacional de LULAC, que considera su carencia como «una barrera que se interpone en el camino del acceso a información y recursos críticos durante la pandemia».

DESCONECTADOS

Esta carencia afecta a familias enteras, niños y adultos, que en estos tiempos de pandemia se les dificulta tener acceso a telemedicina y otras herramientas básicas para mantenerse sanos, buscar empleo -pues muchos han sido despedidos debido a la crisis económica originada por el virus- y atender a las clases virtuales, entre otras muchas actividades que en la actualidad se hacen a través de internet.

«La falta de acceso a internet obviamente la miramos en las comunidades rurales, pero también sabemos que aun en las ciudades o en los suburbios tenemos a familias que no tienen acceso a internet. Estamos viendo que nuestras familias están sufriendo», dijo Benavides a Efe.

Muchos hispanos han sido impactados directamente por la pandemia, tras perder sus trabajos, por lo que deben tomar decisiones difíciles para sobrevivir, en la que anteponen las «necesidades básicas de comida y techo» a las de tener internet, señaló la directora ejecutiva nacional de LULAC, la más grande y antigua organización hispana en el país.

El costo del servicio en un factor que las familias latinas toman en consideración, sobre todo en hogares donde se habla predominante el español, dijo por su parte a Efe Brent Wilkes, vicepresidente senior de Hispanic Federation, una de las organizaciones que trabajan para reducir la brecha digital que afecta a esta comunidad.

«Es un asunto importante porque muchas de las oportunidades en la economía actual se abren con el internet. Si sos fluido en tecnología y sabes cómo usar bien el internet, se abre un mundo de oportunidades», agregó Wilkes, quien hizo hincapié en que la brecha digital no solo existe en áreas rurales, sino también en las ciudades.

REPERCUSIONES A LARGO PLAZO

Además del impacto que está teniendo en la actualidad la falta de un servicio, que algunos países como Canadá califican como «básico», LULAC y otras organizaciones también han expresado preocupación por las repercusiones que puede tener esta situación a largo plazo, sobre todo en los estudiantes que la pandemia ha obligado a recibir clases en línea.

«Cuántos alumnos están sufriendo en términos de sus notas, cuántos de ellos están quedando rezagados, cuántos de ellos tal vez no van a poder pasar este año escolar. Me preocupa mucho lo que esto significa a largo plazo, después de que pasemos esta pandemia», manifestó Benavides.

Sin acceso a internet en sus hogares y con las escuelas cerradas en varias partes del país por la pandemia, miles de estudiantes hispanos deben ingeniárselas todos los días para poder recibir sus clases virtuales.

A muchos alumnos no les queda más remedio que ir a estacionamientos para conectarse a los puntos de conexión («hotspots») públicos o a los que han sido instalados en algunos autobuses escolares en estados como Georgia, mientras que otros acuden a los restaurantes de comida rápida, como McDonald’s, donde la comida es barata y la conexión es gratis.

ALIVIO PARA LAS FAMILIAS

Parte de los esfuerzos de las organizaciones se centran en crear conciencia sobre la situación y lograr que la Comisión Federal de las Comunicaciones (FCC) facilite la ampliación del servicio en las zonas rurales y para que los proveedores puedan ofrecer planes más económicos a familias de bajos recursos.

«Estamos apoyando la expansión de los programas que proveen a las familias de bajos ingresos», dijo Wilkes, entre las varias iniciativas que lleva a cabo.