San Salvador- Las mujeres serán «siempre» las más golpeadas por el fenómeno de la migración irregular que afecta a Centroamérica, en especial a los países del Triángulo Norte, señaló en una entrevista con Efe la religiosa española Carmela Gibaja.
Gibaja, quien es miembro de la Congregación de Hermanas del Ángel de la Guarda, ha seguido de cerca el tema de la migración irregular en el Triángulo Norte, formado por El Salvador, Guatemala y Honduras, a través de su trabajo en la Red Ramá, una organización de religiosos de América Central y el Caribe contra la trata de personas.
Desde su experiencia, la religiosa aseguró que la «crisis» migratoria que enfrentan El Salvador, Honduras y Guatemala es «más fuerte» ahora que en «otros tiempos», porque «muchas mujeres, niños y adolescentes están involucrados».
Indicó que dentro del fenómeno de las caravanas de migrantes, registrado en El Salvador y en Honduras a finales de 2018, estos grupos de mujeres y niños «son los que están más propensos a caer en las redes de delincuentes, sobre todo en las redes de trata de personas».
La trata de personas, considerado el segundo delito más lucrativo del mundo, consiste en el comercio ilegal de seres humanos con fines que pueden variar desde la explotación sexual y la esclavitud reproductiva, hasta los trabajos forzados o la extracción de órganos.
«En la región se está incrementado la trata de personas y en estas caravanas de migrantes las mujeres, los niños y los adolescentes son muy vulnerables a caer en manos de personas sin escrúpulos», apuntó.
Gibaja subrayó que «siempre» las mujeres y las niñas son las más vulnerables por su género, «porque sabemos que hay una cultura machista en la región donde a las mujeres se le considera inferior al hombre, débil y se le ve como un objeto de placer y de abuso».
Sobre la postura del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, respecto a los miles de migrantes que tratan de llegar a ese país y a los que ha llamado «delincuentes», la religiosa opinó que el mandatario estadounidense «tiene una visión reducida y cerrada de la problemática de la migración».
«Los migrantes no van a ir a robar a los Estados Unidos, no son un peligro, son hombres y mujeres que hacen el trabajo que los estadounidenses no quieren hacer (…) las mujeres migrantes llegan a ese país a criar a los hijos de los estadounidenses», expresó.
A criterio de Gibaja, Trump «no tiene una visión completa de la realidad, no sabe qué es tener un acceso limitado a la salud, a la educación y a un empleo digno».
Además, consideró que si el presidente de EE.UU. cancela definitivamente la ayuda económica al Triángulo Norte la migración de mujeres «crecería considerablemente», porque «parte del dinero que es enviado a estos países va dirigida a fomentar empleos».
«Muchas de las mujeres que abandonan sus países de origen son jefas de familia y al reducirse las oportunidades de empleo, ellas saldrán en busca del sustento», vaticinó.
Trump anunció recortes económicos a finales de marzo al considerar que los países del Triángulo Norte no hacen «nada» para evitar la formación de caravanas de migrantes que tienen como objetivo llegar a EE.UU.
Algunas de las razones que motivan a los centroamericanos a migrar son la búsqueda de mejores condiciones de vida, la reunificación familiar y la violencia que carcome lentamente a sus naciones.
Ante este panorama, Gibaja instó a los gobiernos de Centroamérica a crear políticas publicas a favor de las personas vulnerables y crear condiciones de acceso a la educación, al empleo y a la salud.
Asimismo, pidió al Ejecutivo estadounidense promover políticas «más acogedoras» y evitar la xenofobia.