San Salvador – El enviado especial de Estados Unidos para el Triángulo Norte de Centroamérica, Ricardo Zúñiga, arribó este miércoles a El Salvador para cerrar una gira de cuatro días, que también lo llevó a Guatemala para abordar las causas de la migración irregular, y sin que se conozca públicamente su agenda.
La Embajada de Estados Unidos en El Salvador confirmó, sin brindar mayores detalles, la llegada de Zúñiga tras su visita por Guatemala.
«Durante su visita, que finalizará el jueves 8 de abril, el enviado especial Zúñiga tendrá una apretada agenda» y «mantendrá reuniones con contactos claves para discutir los esfuerzos conjuntos e integrales entre EE.UU. y El Salvador para abordar las causas principales de la migración irregular», añadió la representación diplomática.
La única declaración ante la prensa, en la que no se permitirán las preguntas, será en la sede de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en El Salvador (Cicies), de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
En el encuentro estará el comisionado de la Cicies, Ronalth Ochaeta, y el fiscal general, Raul Melara; además del encargado de negocios de la embajada de EE.UU., Brendan O’Brien.
El Gobierno salvadoreño y la embajada del país norteamericano no han confirmado si Zúñiga se reunirá con el presidente Bukele y tampoco se ha dado a conocer los nombres de los funcionarios con los que se reuniría.
El martes, Zúñiga aseguró en Guatemala que Estados Unidos busca que ese país cree «condiciones habilitantes» para sus ciudadanos como el Estado de derecho, empleo, salud y educación, para minar así la migración irregular.
Antes de partir hacia territorio salvadoreño, donde continuará y culminará su visita por la región sin llegar a Honduras, Zúñiga subrayó que esas nuevas condiciones que buscan ambos Estados son necesarias «para que los guatemaltecos y otras personas de Centroamérica y México no tengan qué hacer sus futuros en los Estados Unidos».
El Triángulo Norte de Centroamérica, compuesto por Guatemala, El Salvador y Honduras, es una de las regiones más pobres y violentas del planeta, según diversos estudios de organismos internacionales.
Cada año, más de 500.000 personas procedentes de estos tres países intentan emigrar de manera ilegal a Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida, incluyendo miles de menores de edad.