Bangkok.– Miles de desplazados por el conflicto en el este de Birmania sufren inundaciones a causa de las lluvias y nuevos ataques aéreos por parte de las fuerzas de la junta militar que tomó el poder en febrero de 2021.
Los soldados han incrementado los bombardeos y ataques contra campos de desplazados en el estado Karen, donde miles de personas viven en precarios campos que se han inundado por las lluvias, informó este sábado la agencia Chindwin News.
El pasado diciembre el Ejército lanzó un ataque contra territorio controlado por la guerrilla karen, lo que provocó la huida de unos 20.000 civiles, de los que parte cruzaron a Tailandia.
Las autoridades tailandesas acogieron a miles de refugiados, pero según varias ONG birmanas en enero obligaron a unos 3.000 a repatriarse pese al conflicto que continúa en Birmania con el Ejército enfrentado a guerrillas étnicas y milicias civiles.
Los soldados birmanos también han aumentado los ataques en las últimas semanas contra objetivos, incluidos campos de desplazados, en el estado Kayah, al norte de Karen.
«Teníamos miedo, así que nos fuimos a lugares más seguros, como cuevas y en el bosque», explicó al medio Frontier Myanmar un trabajador humanitario cerca de la localidad de Hpruso, en Kayah.
El Gobierno de Unidad Nacional, formado por parlamentarios derrocados y activistas prodemocráticos, denunció el pasado enero que el Tatmadaw, como se conoce al Ejército birmano, ha realizado hasta la fecha bombardeos y ataques aéreos contra 44 localidades.
Según la ONU, el conflicto desde el golpe militar ha desplazado a más de 425.000 personas en el país.
Los militares, liderados por Min Aung Hlaing, tomaron el poder con la excusa de un supuesto fraude electoral en las elecciones de noviembre de 2020, en las que arrasó el partido de Aung San Suu Kyi, como ya hiciera en 2015, con el aval de los observadores internacionales.
El levantamiento provocó protestas y un movimiento de desobediencia civil en el país que fue respondido con una brutal campaña de represión que ha causado al menos 1.560 muertos, según datos de la Asociación de Apoyo a los Prisioneros Políticos (AAPP).
Los uniformados también han detenido a más de 12.000 personas, de las que 716 han sido condenadas, incluida Aung San Suu Kyi, sentenciada a 6 años de prisión y con varias causas pendientes, según la AAPP.
El golpe también ha sumido al país en una crisis económica y en una espiral de violencia con una intensificación del conflicto armado con las guerrillas étnicas, alzadas en armas desde hace décadas y a las que se han unido milicias civiles formadas en el último año.