Madrid – Luis Suárez necesita tiempo para acoplarse totalmente al Atlético de Madrid. El uruguayo, que partió de nuevo como titular ante el Villarreal después de haberlo hecho también en Huesca, estuvo 70 minutos sobre el césped del Wanda Metropolitano hasta que fue sustituido por Diego Costa y su presencia fue intrascendente, como también lo fue la del portugués Joao Felix, en el campo hasta el minuto 75, cuando fue reemplazado por el mexicano Héctor Herrera.
Tanto uno como otro tuvieron poca presencia. El Atlético no encontró al uruguayo porque apenas acertó con la forma de desbordar el centro del campo del Villarreal. El portugués, pegado a la banda izquierda, no condujo a su equipo como lo hizo ante el Granada, en una zona en la que estuvo bien vigilado por Mario Gaspar.
El Villarreal discutió la posesión de balón al Atlético. El de Unai Emery es un equipo diseñado para tocar la pelota, con jugadores de mucha calidad y con Dani Parejo como director de orquesta. Bajo esa perspectiva, se disputó un partido muy táctico y con poca profundidad.
Ninguno de los dos equipos se impuso con claridad al rival, de ahí el empate final, aunque fue el Villarreal el que tuvo una mejor lectura del combate. Salió con la lección aprendida tras la debacle sufrida en Barcelona, donde perdió 4-0, y ahogó al Atlético, lo sofocó hasta el punto de que los rojiblancos no tiraron a puerta en ningún momento.
Y no lo hicieron, a pesar de contar con Luis Suárez en el ataque. El uruguayo precisa ser examinado más adelante. En el Atlético no está Messi, ni los colchoneros se adueñan de la posesión como lo hacía y lo hace su exequipo. Suárez deberá acostumbrarse a eso. Él mismo declaró en la presentación como rutilante fichaje que un equipo no debe de adaptarse a un futbolista, más bien al contrario, debe ser el delantero el que se habitúe al nuevo sistema de su técnico.
En el Atlético se le requiere lo que tiene. Disparo, gol y velocidad. Eso sí, ahora el uruguayo deberá retroceder muchas veces en busca de balones que no le sirvan sus compañeros. No le valdrá sólo con esperarlos. En el Atlético se corre y se defiende más que en el Barcelona y Suárez terminará por aclimatarse a ello.
El caso es que los de Simeone se han desinflado desde la explosiva irrupción ante el Granada (6-1) y con él lo han hecho los futbolistas en los que se han depositado las mejores expectativas de éxito este curso.
Joao Felix y Luis Suárez estuvieron estelares en el debut liguero. El portugués declinó en Huesca, pero aún así se mantuvo activo, y desapareció ante el Villarreal. El uruguayo pegó un puñetazo sobre la mesa ante el Granada y se difuminó en los dos envites posteriores.
Son sólo tres partidos, pero una tendencia muy peligrosa que le alejó el curso pasado de la lucha por el título. Dos empates en tres partidos significa un porcentaje muy alto. A dos días del cierre de mercado y aún con la incógnita del futuro de algunos jugadores, entre ellos Diego Costa, Simeone tiene trabajo por delante.
«Ni éramos tan buenos después del Granada, ni tan malos ahora», dijo Saúl después de empatar en Huesca. La liga es muy larga y el Atlético se ha reforzado muy bien con Luis Suárez, pero el uruguayo necesita tiempo para su nuevo rol. También Joao Felix, llamado este año a echarse el equipo a la espalda. Tiempo hay por delante para comprobar si será así.