Houston (EEUU) – El entrenador argentino Gerardo «Tata» Martino, que dirige a la selección de México, se mostró feliz por el triunfo que el equipo había conseguido por 2-1 ante Canadá, en la semifinal de la Copa Oro, pero destacó que antes y durante el partido el grupo tuvo que vivir momentos intensos de emociones y sentimientos humanos que traspasaron el apartado futbolístico.

Antes del partido se conoció el fallecimiento de Zizinho, padre del centrocampista Jonathan dos Santos, y todo el grupo se preocupó de protegerlo y darle su apoyo en todo momento.

Mientras que dejó muy claro que la decisión de que dos Santos siguiese con el equipo fue la que tomó el propio jugador de manera libre y sin ningún tipo de condicionante ni presión, en libertad completa de sus sentimientos y emociones.

«Nuestro apoyo fue completo y después de comunicarse con su madre decidió quedarse y jugar porque según sus palabras y las de su mamá, era lo que hubiera deseado su papá. No era el ánimo para jugar, pero tuvieron dignidad para sortearlo y apoyar a Jonathan. Cualquier decisión que hubiese tomado, tenía todo el apoyo nuestro. Es uno de esos días donde uno analiza si el fútbol es lo más importante de la vida o lo es la familia», expresó.

Eso hizo que su equipo no estuviese bien en lo emocional debido a lo sucedido con dos Santos, pero a final de cuentas lograron sacar adelante un compromiso en el que aceptó que por momentos fueron superados por su rival gracias a algunos ajustes tácticos que realizaron al inicio del segundo tiempo.

«Bien no estamos porque acaba de fallecer el papá de un futbolista nuestro y de ninguna manera podemos estar bien, teníamos que sacar adelante y nada más que eso. El rival nos superó y cuando eso sucede dejas de disponer de lo que pasa dentro del campo. Me encantaría dominar cada partido los 90 minutos, pero no siempre se puede», reiteró Martino. «Creo que los cambios tácticos nos ayudaron».

Martino destacó que el joven delantero canadiense Tajon Buchanan fue el que más problemas les generó una vez que decidió cambiar de posición y moverse más por las bandas que por dentro.

«Ahí perdimos el control del partido, dejamos de mandar, llegó el empate, después recuperamos el control, tuvimos el penal, el cabezazo de Pizarro y el de Funes Mori, luego vino el gol; cuatro jugadas de gol después de retomar el dominio son suficientes para considerar que debimos ganar el partido», sentenció.

JS