Santiago de Chile – La recuperación en América Latina será «más lenta» y «más difícil» si las mujeres no se empoderan económicamente y no se mejora su acceso al crédito, pues son casi la mitad de la población activa de la región y, sin embargo, están acusando más la crisis que los hombres.
Esa fue la conclusión del foro virtual organizado este martes por la oficina de ONU Mujeres para las Américas y la Agencia Efe, que se centró en el rol de las mujeres en la gran recesión que va a sufrir Latinoamérica este año, que Cepal estima en un 9,1 % y es la mayor en un siglo.
«Somos una energía transformadora y si no cuentan con nosotras para salir de la crisis económica, este continente va a demorar mucho más años en recuperarse. Es el momento de las mujeres latinoamericanas, somos solución, no una población vulnerable», dijo la directora regional de ONU Mujeres, María Noel Vaeza.
Con más de 10 millones de casos y cerca de 370.000 muertos, Latinoamérica es la región más afectada por la pandemia, que remite en la mayoría de los países, pero no termina de darse por controlada.
Tras largas cuarentenas, los países han empezado a poner en marcha sus melladas economías con el reto de no perder los grandes avances sociales conseguidos en los últimos años en la región, que con 626 millones de personas es la más desigual del mundo.
De acuerdo a la Cepal, el parón económico provocará el cierre de 2,7 millones de empresas en Latinoamérica, elevará la tasa de desempleo regional al 13,5 % y llevará a la pobreza a los niveles de 2005.
LA BRECHA SE AGRANDA
Las mujeres jóvenes son las peor paradas: en el tramo de edad de 25 a 34 años habrá 117 mujeres en extrema pobreza por cada 100 hombres, según ONU.
«En el primer semestre del año, el 62,9 % de las mujeres en Latinoamérica entraron en inactividad laboral, lo que quiere decir que también dejaron de liderar sus empresas», aseguró Nadia Sánchez, creadora de «She Is», una fundación sin ánimo de lucro que en cinco años ha beneficiado a más de 7.500 mujeres y niñas de la región.
«La brecha de género se ha agudizado con la pandemia», agregó Sánchez, quien también es promotora de la edición latinoamericana del Women Economic Forum (WEF).
La principal barrera para el empoderamiento económico femenino y el emprendimiento es el acceso a financiación, y eso que las mujeres son más cumplidoras que los hombres y pagan más del 95 % de los créditos que reciben, frente al 70 % de los hombres, de acuerdo a distintos organismos.
Un estudio reciente del Banco Interamericano del Desarrollo (BID) y el Banco de desarrollo de América Latina (CAF) reveló que las chilenas tienen un 18 % menos de probabilidades que los hombres de que les aprueben créditos, lo que implica que el crédito perdido podría ascender a 12.000 millones de dólares.
«El negocio está en las mujeres, en los emprendimientos femeninos y la recuperación tiene que tener cara de mujer», afirmó el economista jefe y gerente general de Investigación del BID, Eric Parrado Herrera, durante el encuentro «Las mujeres, en el centro de la recuperación económica de América Latina».
«Necesitamos inversión de mayor calibre, más allá del microcrédito en el que se encasilla a la mujer. Estamos haciendo un llamado a los grandes inversores del mundo, que son los fondos de pensiones y las compañías aseguradoras, para que entiendan que invertir en género es un buen negocio», añadió Vaeza.
Para Fernando Fascioli, presidente de McCann Worldgroup para América Latina y el Caribe y el último participante en el foro, «estamos frente a una oportunidad única» para acabar con la brecha de género no solo desde las instituciones públicas, sino también desde la esfera privada, donde «tenemos que reconocer nuestros sesgos inconscientes».
Más de 100 millones de mujeres pueden salir de la pobreza si los gobiernos invierten en su empoderamiento mediante políticas orientadas a mejorar el acceso a la educación, la planificación familiar y el salario equitativo, mientras que el PIB mundial podría aumentar en 5,3 billones de dólares si acabará con la brecha de género, según ONU.