Tegucigalpa – Entre cantos y llantos, en una multitudinaria procesión, feligreses dan el último adiós este sábado al padre José Enrique Vásquez asesinado el 2 de marzo en la zona norte de Honduras.

Familiares, vecinos y feligreses se apostaron en las calles principales de Santa Cruz de Yojoa para dar cristiana sepultura al padre “Kike” como cariñosamente le decían.

Los restos mortales del sacerdote ya descansan en el cementerio de la comunidad que lo vio crecer en Agua Azul Sierra en ese municipio de Santa Cruz de Yojoa.

El padre José Enrique Vásquez fue encontrado sin vida luego de haber sido reportado como desaparecido en Santa Cruz de Yojoa.

El párroco de la iglesia del barrio Medina de San Pedro Sula, ingresó a la morgue sampedrana y los primeros informes dieron cuenta que presentaba seis impactos de bala en su cuerpo. El automotor en el que se transportaba fue encontrado en Victoria, departamento de Yoro.

En horas de la mañana del jueves, el obispo de la diócesis de San Pedro Sula, Ángel Garachana denunció la desaparición del sacerdote.

Las autoridades de Seguridad al conocer la noticia sobre el asesinato del sacerdote establecieron cuatro equipos de investigación.

Los mismos iniciaron ya con las indagaciones y las primeras pesquisas para dar con el paradero de los responsables del crimen que ha conmocionado a los sampedranos y a la sociedad en general.

La Conferencia Episcopal de Honduras (CEH), exhortó a las autoridades que se comprometan seriamente en garantizar la seguridad de la población hondureña en referencia al cruel asesinato del padre José Enrique Vásquez.

El padre Vásquez, de 48 años, se ordenó hace 16 años y era el párroco de la Iglesia San José en el barrio Medina de San Pedro Sula. 

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