Autor del artículo: Proceso Digital
Tegucigalpa– Los nacimientos se van apoderando cada vez más de los espacios públicos hondureños con el fin de expandir y mantener esa bella tradición característica de la época navideña que por tiempos ancestrales se ha mantenido y se ha ido transmitiendo de generación en generación en las familias, comunidades y ciudades hondureñas.
-En la Villa Navideña del bulevar Juan Pablo II, en el complejo Plaza San Martin, en el Estado Mayor Conjunto de las FFAA y en los diferentes centros comerciales, la población puede contemplar los tradicionales nacimientos.
De atracción especial para los menores, pero también para jóvenes y adultos, los nacimientos forman parte del espíritu de las fiestas navideñas y de fin de año, hasta la celebración del 6 de enero, cuando se conmemora la llegada de los Tres Reyes Magos.
En Honduras es una tradición que las familias elaboren su nacimiento para darle el verdadero sentido cristiano, en los cuales no falta la representación del pesebre de Belén, lugar donde nació Jesús, con los pastores, los tres Reyes Magos, María y José, así como el asno y la vaca.
El nacimiento forma parte de la tradición de los hogares y generalmente se pone al pie o en la base del arbolito navideños, para simboliza el nacimiento del Niño Dios.
Es un acontecimiento que generalmente preparan los jefes de hogar para que sus familias, amigos y visitantes admiren esas representaciones que en muchos casos son verdaderas obras de arte.
Además de simbolizar la llegada de Jesús a este mundo como el punto principal, muchos de los nacimientos representan la comunidad, los barrios, las colonias, poblados con sus típicas callecitas, árboles, ríos, quebradas, las casas, montañas, iglesias, animales domésticos, otros representan incluso la realidad nacional y hasta mundial.
Igualmente, en muchas de las admirables obras que se pueden observar en las diferentes villas navideñas, pasajes, centros comerciales, barrios y colonias a nivel nacional, las personas también colocan los principales eventos que se suscitaron durante el año.
Precisamente es el caso del tradicional nacimiento que cada año elabora el arquitecto Fernando Martínez, que este año exhibe en el centro comercial Plaza Miraflores de esta capital, donde la población que visita ese lugar tiene la oportunidad de contemplar cada uno de los apartados y recordar lo que ha pasado durante este 2018, abundante en acontecimientos que han conmovido a la nación.
El nacimiento está abierto al público en un horario de 10:00 de la mañana a 7:00 de la noche.
Pero también instituciones públicas preparan grandes representaciones del nacimiento de Jesús. En la Villa Navideña, ubicada en el Campo Parada Marte, las Fuerzas Armadas tiene una representación en vivo del nacimiento, además de los nacimientos elaborados con figuras.
Por su lado, el gobierno habilitó la Villa Navideña, en el complejo deportivo de la Villa Olímpica, como parte de sus actividades de la campaña a nivel nacional denominada Navidad Catracha, donde también se puede apreciar un llamativo nacimiento.
Igualmente, en el Paseo el Obelisco de Comayagüela, en el parque El Soldado, localizado frente a la sede del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, se confeccionó un muy buen elaborado nacimiento, que es admirado por las decenas de visitantes que cada noche llegan hasta ese lugar.
Tradición familiar
Los nacimientos, además de recrear el nacimiento del Salvador del Mundo, también son un símbolo que representa la unión familiar y mantiene el tradicionalismo, manifestaron a Proceso Digital doña Lidia Zúniga y don Gerardo Fuentes, quienes mantienen la preciada tradición.
La pareja reside en la Residencial Napoleón de El Pedregal, localizada en el kilómetro 35 de la carretera que conduce al Oriente del país, a la altura del Valle de Yeguare, conocido también como el Valle de El Zamorano.
Doña Lidia Zúniga relató que la elaboración del nacimiento es una tradición familiar de más de 100 años. “La inició mi abuela, después la continuó mi madre y ahora me toca a mí, y espero que mi hija y mis nietos sigan con esta tradición que sirve para unir a la familia hondureña”, apuntó.
Sostuvo que la mayor satisfacción que le deja ese esfuerzo es ver cómo varias familias visitan su casa con el objetivo de contemplar el nacimiento.
Explicó que la imagen de Jesús debe alentar a meditar sobre la magia de la Navidad, las virtudes que posee cada uno de los personajes que lo conforman y sobre todo en el milagro del hijo de Dios hecho hombre por amor a la humanidad.
Indicó que la forma y el tamaño de los nacimientos han venido cambiando con el paso del tiempo, algunas personas los hacen más pequeños debido a la falta de espacio y otros los exponen en lugares grandes para que las familias los visiten y esa es la esencia, la unión de las familias y de las comunidades.
En las representaciones del nacimiento muchos sustituyeron las personas y los animales reales por figuras de madera, plástico o barro, según el gusto o el acceso de cada persona.
Jesús nace cada año en nuestros corazones
“Esto es una herencia, desde que tengo uso de razón mi mamá nos enseñó que para poder celebrar la Sagrada Familia de Nazaret, representada por la Virgen María, José y el niño Jesús, uno debe saber de qué, través de los nacimientos, uno representa eso, la familia, de dónde vino, a donde llegó, quiénes lo recibieron”, manifestó por su parte doña Elizabeth Suazo a Proceso Digital.
La familia Suazo reside en la colonia Hato de Enmedio y todos los años exponen el nacimiento para que vecinos, amigos y parientes lleguen y aprendan sobre lo que puede enseñar un nacimiento.
Apuntó que los nacimientos son un misterio ya que los pastorcitos representan la humildad que debe tener el ser humano, el pesebre que no se necesita de riquezas para dar a luz a un hijo y nos sirve para darnos cuenta que Jesús nace cada año en los corazones.
El nacimiento representa la unidad y paz del país
El capitán del Cuerpo de Bomberos, Fredy Juárez, entrevistado por Proceso Digital manifestó que “la Navidad para nosotros es un momento tan especial, que lo dedicamos a servir, el nacimiento para nosotros es una tradición, todos los años buscamos honrar al niño Dios, cada pieza del misterio que colocamos, la colocamos con amor y alegría, los hacemos porque esta es nuestra segunda casa y nuestra segunda familia”.
Indicó que el nacimiento representa la unidad y paz que debe reinar en nuestro país, “aquí buscamos ambiente para hacer sentir a nuestros compañeros que pese a que estamos sirviendo a la patria, estamos en Navidad”, indicó.
Detalló que todos los miembros del Cuerpo de Bomberos contribuyen cada año para elaborar el nacimiento, siempre con la esperanza que todos vivamos una Navidad tranquila y en familia, este año participaron unas 40 bomberos en la construcción del nacimiento y para nosotros es un verdadero honor, aquí fortalecemos nuestros lazos de amistad y hermandad.
Agregó que para hacer un nacimiento debe haber iniciativa, nace del corazón, se tiene que creer que el Niño Dios que nace cada navidad, “por ejemplo desde muy pequeño hago nacimientos, una enseñanza de mis padres y abuelos, le tengo amor y trato de inculcarlo aquí para que mis compañeros también crean en el niño Dios”, sostuvo.
Juárez tiene 20 años de trabajar en los nacimientos del Cuerpo de Bomberos de Honduras, ya es toda una tradición en la institución, los materiales tienen ya más de 15 años, porque los cuidamos, cada vez alguien dona más piezas y es por eso que queda así de bonito, apuntó.
Tiempo para la renovación cristiana
Para el padre Marlon Díaz, la creación de los nacimientos tienen su fundamento en San Francisco de Asís, un hombre que quiso mostrar al Dios de amor en medio de la pobreza, para enseñar al mundo la humildad en su hijo, de un Padre misericordioso y amoroso.
“Los nacimientos tienen bastantes sentido para la Iglesia, porque los cristianos ponen al servicio de los demás, los dones que vienen de Dios, aquí se manifiesta la creatividad de personas que sienten en amor propio un sentimiento profundo por Jesús”, detalló a Proceso Digital.
Dijo que no se puede confundir al momento de hacer un nacimiento, “no solo puede ser una simple decoración, de nuestro interior, también tiene que salir una espiritualidad que debe ser manifestada en nuestro accionar como cristianos, el sentir amor por el misterio de la Navidad, es una oportunidad para crecer en valores y en principios, no puede haber una Navidad sin Cristo, es un tiempo para la renovación cristiana”, apuntó el presbítero.