Tucson (AZ) – Negocios fronterizos que dependen del comercio con México viven un «momento crítico» por las estrictas medidas de seguridad establecidas por el Gobierno en los puertos de entrada y temen pérdidas millonarias durante la temporada de compras que inicia este fin de semana de Viernes Negro.
«Estamos en un momento crítico. Pedimos a las autoridades estadounidenses que traten de mantener abiertos el mayor número de carriles en el puerto de entrada, para tratar de afectar lo menos posible la vida diaria de esta región», dijo a Efe Jason Wells, director de la Cámara de Comercio de San Ysidro en California.
Esta organización de 650 negocios, con una clientela que en el 95 % proviene de México, lamenta la decisión del Gobierno de bloquear estos días una decena de carriles de San Ysidro, considerado el paso fronterizo más transitado del mundo y que llegó a estar cerrado por completo en sentido norte este lunes durante varias horas.
Wells recordó que estos negocios hacen la mayor parte de sus ventas de todo el año en los meses de noviembre y diciembre, y que éstas se pueden ver seriamente perjudicadas por el despliegue de unos 5.800 soldados del Ejército ordenado por la Administración del presidente Donald Trump en los puertos de entrada al sur del país.
El objetivo de la Casa Blanca es evitar que parte de los miles de integrantes de las caravanas de migrantes que paulatinamente van llegando a la frontera sur pudieran cruzar ilegalmente la divisoria.
Mientras tanto, los negocios temen que el visitante mexicano que cruza la frontera habitualmente para hacer sus compras de fin de año se vea intimidado ante la fuerte presencia militar y haga sus compras en México.
«Necesitamos una mayor y mejor comunicación. Cuando fue el cierre de la frontera en San Ysidro, CBP (Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza) no mandó nada oficial hasta horas después de que habían cerrado», dijo Wells sobre el «caos innecesario» que provocó esta medida.
En su opinión, es difícil predecir cuál será el impacto para los pequeños negocios fronterizos, aunque adelantó que solamente el pasado fin de semana algunos de ellos reportaron ventas un 40 % menores a las del año pasado en ese mismo periodo en una zona cuyo intercambio comercial ronda los 2,1 millones de dólares diarios.
Esta misma preocupación la expresó Paola Ávila, vicepresidente de Asuntos Internacionales de la Cámara de Comercio de San Diego, quien dijo a Efe que han pedido al Gobierno que restablezcan cuánto antes las operaciones normales en San Ysidro y se reabra la decena de carriles de entrada que permanecen cerrados desde hace días.
Otro de los problemas que enfrentan los comercios son los rumores que circulan en las redes sociales sobre las duras condiciones en los puertos de entrada.
Por ello, Felipe García, vicepresidente ejecutivo de la Oficina de Visitantes y Convenciones de la Ciudad de Tucson en Arizona, dijo a Efe que tratan de mitigar todo lo posible sus efectos y este lunes iniciaron una campaña informativa en periódicos, televisión y radio en el estado fronterizo de Sonora (México).
En esta iniciativa, que se suma a otra similar en las redes sociales, informan sobre la actual situación en la frontera y piden a los potenciales clientes que mantengan sus planes de visitar Arizona para hacer sus compras.
También recomiendan la utilización de la aplicación de CBP en la que se puede ver el tiempo de espera en los puertos de entrada en los estados fronterizos con México.
«Lo importante es que la gente se mantenga informada y reciba la información correcta de lo que está pasando», enfatizó sobre los cerca de 465.000 personas que se calcula entran a diario en EE.UU. por su frontera sur.
De acuerdo a estudios hechos por la Universidad de Arizona (UA), solamente en este estado el visitante mexicano genera 2.500 millones de dólares a la economía estatal.
Representantes del Gobierno de la ciudad fronteriza de Nogales, en Arizona, han expresado también su temor ante el impacto económico que tendrá para los negocios fronterizos si el visitante mexicano deja de cruzar la frontera, pues la economía de esta urbe depende en gran medida de los impuestos a las ventas.