Nueva York – Nueva York acoge desde hoy el festival «Reimagine End of Life» (Reimagina el fin de la vida), una semana cargada con centenares de actividades creativas que buscan «romper tabúes» sobre la muerte, coincidiendo con el festivo de Halloween, y unir a la gente en plena época de «división».
Se estima que 10.000 personas asistirán a los 350 eventos que hay programados hasta el 3 de noviembre por toda la ciudad y que abarcan talleres, conciertos, exposiciones e incluso actuaciones de comedia, según explicó a Efe Brad Wolfe, el fundador de esta iniciativa que debutó el pasado abril en San Francisco.
«Mi esperanza es que empecemos no solo a romper los tabúes sobre el tema de la muerte, sino que al sumergirnos en él, la ciudad entera se una y conecte en torno a la única cosa que tenemos todos en común: que vivimos y morimos», expresó.
Dirigidas a un público intergeneracional de cualquier procedencia y credo, las actividades tomarán hospitales, bibliotecas, centros religiosos y hasta cementerios, algunas de ellas con fines tan poco convencionales como escribir tu propio obituario o elaborar cartas de condolencia.
Entre los eventos destacan lecturas de obras griegas por parte de actores; una charla de dibujante Roz Chast, de la revista The New Yorker; conciertos de las bandas Cloud Cult y Dispatch, o una interpretación de la poetisa laureada Tracy K. Smith, todos ellos con la meta de abordar el amor y la pérdida.
Asimismo, se podrán ver exhibiciones de fotos, moda u objetos votivos; participar en rituales en honor a los fallecidos, como el Día de Muertos mexicano o la Fèt Gede haitiana; y escuchar a doctores de importantes hospitales neoyorquinos compartiendo sus experiencias personales sobre la muerte.
Wolfe, que reconoce que este no es un «festival normal» ni está «diseñado para que los millennials bailen», quiere que el público se pregunte por qué deberían esperar «para decirle a alguien que le amas, para tachar algo de tu lista de cosas por hacer, o para perseguir tus sueños».
El fundador, que tiene una banda de música y dirige una fundación para jóvenes con cáncer, se preguntó eso mismo, «¿por qué esperar al final para celebrar a la gente que más nos importa?», tras actuar en funerales de niños para los que había escrito canciones y observar el amor, en forma de duelo, que volcaban sus allegados.
Nieto de supervivientes del campo de concentración de Auschwitz, Wolfe sitúa su acercamiento al tema de la muerte cuando una amiga de la universidad enfermó con una forma rara de cáncer y vio cómo «el poder del arte», ya que le ofrecía conciertos a pie de cama, «marcó una diferencia» en el fin de su vida.
Mientras su carrera musical avanzaba, a Wolfe le «afectaron» las peticiones que recibía para dedicar canciones a otros pacientes infantiles de cáncer, algunos de los cuales no lo superaron, y acabó explorando la relación entre arte y muerte en un proyecto para la plataforma de innovación OpenIdeo, del que surgió el festival.
Después de atraer a unos 10.000 asistentes en San Francisco, para esta edición de Nueva York el festival se ha asociado con el Museo del 11 de Septiembre, entre otras organizaciones locales, con el objetivo de «crear arte juntos en la Zona Cero», donde recuerda que «la gente se unió» hace 17 años.
«Tras la angustia del 11S, vimos cómo una ciudad se unía y se recuperaba con amor en torno a una profunda pérdida. ¿Cómo podríamos crear ese mismo sentido de comunidad sin la tragedia?», se preguntó Wolfe. «Por eso nos reuniremos en todas partes -añadió-, para reimaginar el fin de la vida y quizás el comienzo de algo nuevo».
«Con toda la división que hay en el mundo, con las elecciones que se van a celebrar, por ejemplo, creo que la gente tiene hambre de participar en algo que tenga el poder de unirnos», concluyó.