Los Ángeles – Obispos católicos pidieron al gobernador de Texas, Gregg Abbott, suspender la orden de cierre de los centros donde se alojan niños migrantes, argumentando que la medida viola las leyes estatales que protegen la libertad religiosa, informó hoy miércoles el Servicio de Noticias Católico de Estados Unidos.
Los obispos, Edward J. Burns, de la diócesis de Dallas, y Mark J. Seitz, de la diócesis de El Paso, solicitaron al gobernador republicano suspender la orden que resultaría en el cierre de las instalaciones de Caridades Católicas en Texas que atienden a niños migrantes y de crianza temporal.
Abbott ordenó a las agencias que regulan el cuidado de los menores de edad que cancelen las licencias de las instalaciones donde el Gobierno federal alberga a miles de niños migrantes que cruzaron la frontera ilegalmente.
En Texas operan actualmente 52 residencias licenciadas bajo contratos con la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR), una dependencia del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) que toma a su cargo a los menores detenidos por la Patrulla Fronteriza.
La orden de Abbott debe entrar en vigor a finales de agosto.
En un artículo de opinión publicado por el periódico The Dallas Morning News, los obispos advirtieron que la orden afectará seis programas de bienestar infantil operados por Caridades Católicas en Texas, «en violación de las leyes estatales que protegen la libertad religiosa».
Añadieron que el cierre de estos lugares «eliminaría las protecciones de conciencia a nivel estatal para Caridades Católicas, exponiéndonos a la regulación y la presión de aquellos que no comparten nuestro compromiso con la dignidad, la seguridad y el bienestar de las madres y los niños”.
El secretario de Salud, Xavier Becerra, afirmó en junio pasado que no cerrará los centros en Texas ni cancelará la sociedad con las organizaciones que le están ayudando a recibir a los niños migrantes no acompañados.
Para este 20 de julio el Gobierno tenía bajo su custodia 14.319 niños en refugios de paso, y 1.337 menores estaban bajo custodia de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) , según datos del HHS.