La pandemia ha tenido un fuerte impacto en el bienestar emocional de las personas, porque la covid-19 ha venido a "modificar conductas, formas de trabajar, de ser, de relacionarnos y de vivir", dijo el representante de Médicos sin Fronteras en Honduras, José Silva. EFE/Gustavo Amador/Archivo

Tegucigalpa – La violencia y la emergencia sanitaria en Honduras por el coronavirus SARS-CoV-2 están afectando la salud mental de los hondureños, alertaron este viernes el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la organización internacional Médicos sin Fronteras (MsF).

Los dos organismos humanitarios auspiciaron hoy el II Foro «La Salud Mental: Protagonista Oculta de la Respuesta a la Pandemia», que se celebró de manera virtual, con motivo del Día Internacional de la Salud Mental.

El representante de MsF, José Antonio Silva, dijo en la inauguración del encuentro que la covid-19 ha venido a «modificar conductas, las formas de trabajar, de ser, de relacionarnos y de vivir».

Enfatizó la necesidad de discutir y reflexionar más sobre la salud mental, la urgencia de garantizar una atención real, humana, de calidad por parte de las instituciones públicas, y la relevancia de un trabajo coordinado entre las instancias estatales y privadas.

En el foro, bajo el lema «Violencia y pandemia, el apoyo psicosocial y de salud mental», los expertos analizaron los diferentes enfoques de respuesta ante esta problemática y las lecciones aprendidas.

Víctor Aguilar, psicólogo del CICR, dijo a Efe que la pandemia de coronavirus SARS-CoV-2 «no vino a cambiar muchas cosas» con relación a la salud mental de los hondureños.

«Cuando hablamos de las afectaciones psicosociales viene una avalancha llamado covid (…) las consecuencias han sido muchos escenarios bastantes difíciles», subrayó.

COVID-19 EXACERBA CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA

El especialista aseguró que la pandemia ha venido «a exacerbar un poco las consecuencias que ya tenían esta población vulnerable afectada por la violencia, sumado a lo que trae la covid».

Los altos índices de ansiedad, estrés y depresión son los trastornos más frecuentes entre los hondureños durante la pandemia, detalló.

La pandemia ha tenido un fuerte impacto en el bienestar emocional de las personas, porque la covid-19 es «algo histórico, nunca habíamos, como humanidad, vivido algo tan difícil y catastrófico», enfatizó.

El especialista del CICR indicó que son muchas las personas que sienten miedo al contagio, en tanto otras sufren estrés al no poder despedir «de forma digna» a sus familiares fallecidos.

«Muchas personas tienen, aún después de siete meses de pandemia, dificultades severas para dormir, otras están registrando dolores estomacales, dolor de cabeza asociado a la ansiedad y el estrés que vivimos en el marco de la pandemia», agregó.

GARANTIZAR ATENCIÓN, UN GRAN RETO

Según Aguilar, toda la población es afectada por la emergencia y las medidas de restricción adoptadas para evitar la propagación del virus, pero las mujeres, la niñez y los adultos mayores son «altamente vulnerables».

«La mujer es más apta para buscar apoyo, en nuestros registros la cantidad de mujeres que buscan apoyo en salud mental o psicosocial es mucho más alto, pero ha incrementado mucho el número de hombres», enfatizó.

Dijo además que ha sido «un gran reto» poder garantizar los servicios de salud mental en Honduras tanto para las instituciones estatales como privadas porque «nadie estaba listo» para la pandemia.

«La estructura de (atención) de salud mental en nuestro país no es tan sólida y lógicamente la necesidad es muy grande. La respuesta ha sido aceptable en el marco de lo que tenemos», subrayó.

La pandemia ha visibilizado la importancia de la salud mental, ya que la afectación ha sido «muy grande», subrayó Aguilar, quien aseguró que los trastornos son «una pandemia oculta».

«Ahorita tenemos la pandemia, tenemos que dar respuesta, atender a los enfermos y mitigar el riesgo, pero después viene la poscovid y vienen las secuelas y consecuencias psicológicas», añadió.

Ana María Tijerino, de MsF, coincidió con Aguilar en señalar que los hondureños están sufriendo ansiedad y depresión como consecuencia de la pandemia.

«Nos preocupa que cuando las crisis se vuelven muy prolongadas y cuando las respuestas no están ahí, no hay un sistema de respuesta a estas expresiones, tendemos a ver severidad en las reacciones», subrayó la especialista de MsF.