Ciudad de Panamá – Los forenses de Panamá informaron este jueves que requieren información genética para identificar a las víctimas del accidente de un autobús con migrantes irregulares ocurrido el miércoles en el oeste del país, que dejó al menos 40 muertos y decenas de heridos, al menos 15 en estado grave.
«El estado de los cuerpos y la falta de datos ante-mortem dificultan las experticias, especialmente en lo concerniente a la identificación, ya que se va a necesitar información de los países de origen de los migrantes para obtener registros papiloscópicos u odontológicos y muestras de los familiares para cotejo genéticos con fines de identificación», dijo el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
Este proceso de identificación «tomará tiempo», dijo el instituto forense, que agregó en un comunicado que «mientras tanto, los cadáveres serán conservados con la debida dignidad que los estándares internacionales establecen».
Los cuerpos, muchos de ellos desmembrados dada la violencia del accidente, como han informado las autoridades, se encuentran en las instalaciones de la Morgue Judicial de David, la capital de la provincia de Chiriquí, fronteriza con Costa Rica y situada a unos 450 kilómetros de la capital panameña.
El autobús quedó sin techo, destrozado, con los asientos regados en el piso en el lugar del accidente, una carretera troncal que conduce al albergue de migrantes de Gualaca, último punto que tocan los viajeros irregulares en Panamá antes de salir hacia Costa Rica en el marco de la operación estatal «flujo controlado».
Panamá recibe a los migrantes irregulares que cruzan la selva del Darién, la frontera natural con Colombia, en estaciones de recepción migratoria (ERM), donde toman sus datos biométricos y les ofrece asistencia de salud y alimentación, tras lo cual son trasladados en buses, con un pasaje costeado por ellos mismos, hacia la frontera con Costa Rica para que sigan su camino hacia Norteamérica.
Por razones que se investigan el conductor del autobús, que también falleció, perdió el control y se precipitó por una hondonada cerca del albergue. El automotor habría colisionado al menos con un objeto fijo y también con otro transporte colectivo estacionado en una ladera.
Según las cifras aportadas por las autoridades, en el bus viajaban 66 personas migrantes.
La subdirectora del Servicio Nacional de Migración (SNM), María Isabel Saravia, dijo anoche en una conferencia de prensa que en el autobús había 20 menores de edad, de los que fallecieron un número que no precisó.
Hay una decena de niños de entre 5 y 11 años heridos, tres de los ellos en condición crítica en un hospital infantil de David (Panamá), mientras que en otro nosocomio de la misma ciudad están 23 heridos de 15 años o más, 12 en condición grave en la UCI, según fuentes médicas.
Las autoridades de Panamá no han informado públicamente de la edad ni nacionalidad de los fallecidos y heridos, que se presume sean en su mayoría migrantes en tránsito hacia Norteamérica.
Saravia se limitó a decir que dentro del listado de viajeros en el bus había ciudadanos africanos y de países de Suramérica como Brasil y Ecuador, y que el Ministerio de Exteriores se estaba comunicando con los distintos Gobiernos.
La Cancillería de Cuba confirmó, sin precisar el número, que había ciudadanos de la isla entre los muertos, el Gobierno de Colombia expresó «sus más sentidas condolencias a los familiares de las víctimas, colombianas y de varios países hermanos», y el de Ecuador dijo que al menos siete personas de nacionalidad ecuatoriana están entre los heridos.
Saravia recalcó que este «lamentable» accidente, el peor en la historia de Panamá, ha tenido lugar en el contexto de crisis migratoria regional: en 2022 la cifra inédita de 248.284 viajeros irregulares llegaron a Panamá tras recorrer varios países suramericanos y cruzar la jungla del Darién, y más de 37.000 en lo que va de año.