EFE/Esteban Biba/Archivo

Tegucigalpa – La pandemia a causa del COVID-19 no ha logrado frenar las deportaciones a Honduras, un país que enfrenta “enormes” desafíos en inmigración, según informe del Comité Internacional de la Cruz Roja para México y América Central (CICR).

 – 45 mil 900 hondureños recibieron asistencia directa del CICR durante el 2019, concluye el informe presentado hoy en la Ciudad de México.

El informe fue presentado este día en una conferencia virtual en la que participó Proceso Digital y en el mismo se expresan las principales preocupaciones humanitarias para la región, relacionadas con la violencia, la migración, el desplazamiento interno, la desaparición de personas, así como la situación de personas privadas de libertad, situaciones que pueden agravarse con la actual pandemia.

Sobre la labor humanitaria en Honduras, Karim Khallaayoun, Jefe de Misión, resaltó la cifra récord de migrantes hondureños retornados con la que cerró el 2019 (109 mil 185 migrantes retornados según cifras oficiales) así como la necesidad de brindarles respuestas al corto y largo plazo.

Honduras enfrenta enormes desafíos en materia de migración y desplazamiento interno por la violencia “ambos son fenómenos que están de alguna u otra manera interconectados. Una gran cantidad de personas migrantes que integran las caravanas han sido en primer lugar desplazados internos por la violencia quienes han decidido migrar como última opción para salvar sus vidas”, expresó.

El jefe del CICR en Honduras reveló que las deportaciones hacia el país centroamericano durante la crisis a causa del coronavirus no han cesado.

“Aun durante la pandemia COVID-19 hemos visto que las deportaciones no se han detenido. Por otro lado, además de las dificultades y esfuerzos que representa para las autoridades e instituciones humanitarias brindar asistencia a los migrantes en medio de ésta emergencia, se suma también un cierto grado de estigmatización, por parte del resto de la población, que dificulta que estas personas puedan volver a sus lugares de origen y estar con sus familias sanos y salvos”, enfatizó.

“Como institución humanitaria seguiremos trabajando, junto a la Cruz Roja Hondureña, por el respeto a la población migrante retornada y al personal humanitario que les asiste día a día a pesar de las dificultades”, continuó el representante para Honduras del CICR.

Cabe señalar que, el CICR se encuentra colaborando activamente junto con la Cruz Roja Hondureña con distintas autoridades (Sinager, Secretaría de Salud, Hospital Escuela, Medicina Forense, Instituto Penitenciario, Fuerzas Armadas y Cancillería) brindando soporte para la protección y autocuidado del personal tanto sanitario como de primera línea así como la asistencia a población vulnerable afectada por la pandemia en el país, entre ellos migrantes retornados y desplazados.

De su parte, Jordi Raich, jefe de la Delegación Regional del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para México y América Central, destacó que “en medio de la crisis mundial desatada por la pandemia del Coronavirus 2019 (covid-19), la labor humanitaria neutral e independiente capaz de contribuir a mitigar el sufrimiento, en especial de los más vulnerables, se hace hoy más indispensable que nunca”.

Acotó que, durante el 2019, la labor del CICR en la región benefició de manera directa a más 207 mil 600 personas. En México, fueron beneficiadas 90 mil 450 personas, en Honduras 45 mil 900, en Nicaragua 16 mil 357, en El Salvador 22 mil 844 y en Guatemala 32 mil 132. Estas acciones incluyeron, por ejemplo: asistencia en salud a comunidades afectadas por la violencia y a migrantes, construcción de infraestructura comunitaria y albergues, apoyo a procesos de búsqueda de personas desaparecidas, actividades para fortalecer la resiliencia de comunidades, capacitaciones para funcionarios públicos, así como diálogo y asesoría con las autoridades y otros interlocutores clave para incidir en políticas públicas que prevén y responden a las necesidades de las personas afectadas.