Tegucigalpa – El cardenal Óscar Andrés Rodríguez, recriminó este domingo la discriminación hasta de su propia familia de la que es víctima el personal de salud que está en primera línea atendiendo la emergencia provocada por la pandemia del COVID-19.

-Cómo puede decir que Dios bendiga a Honduras el que asesina, el que roba, el que maltrata a la mujer, el que miente y esconde la verdad, recriminó el purpurado.

El prelado encabezó la homilía dominical correspondiente al sexto domingo de Pascua, celebrada a puerta cerrada y difundida por los medios de la Iglesia Católica y redes sociales en la que fustigó acremente a quienes discriminan al personal de salud que le está haciendo frente a la pandemia a quienes advirtió que el Señor les dice apártense de mi, no los conozco.

“Me verán en tiempos de esta pandemia, qué triste que escuchamos cómo algún personal de salud que está entregando su vida encuentra discriminación a veces en su propia familia, piensen qué les diría Jesús en ese momento…apártense de mi, no los conozco, porque no es eso lo que nos ha enseñado el Señor Jesús”, recriminó.

Pidió tener cuidado a los feligreses y no dejarse engañar, pues si entre ellos hay discriminación, el Señor Jesús les dice apártense de mi, no los conozco y aquellos que son tan egoístas y tan ignorantes que hasta rehúsan una obra de misericordia que es sepultar a uno que ha muerto, les dice Jesús, apártense de mi, no los conozco, no es eso lo que yo viene a enseñarles, no es eso lo que el Espíritu Santo quiere enseñarles.

“¿Qué Dios bendiga a Honduras?”

El purpurado refirió que “cuando se nos dan esas informaciones a través de las cadenas nacionales de radio y televisión, al final con mucha fe, las personas dicen que Dios bendiga a Honduras, y es lo que queremos todos que Dios bendiga a Honduras, pero no pueden bendecirnos cuando lo que hay es contra Dios, ya dijo el evangelio hoy muy claramente, si me aman guardarán mis mandamientos”.

En ese sentido, recalcó que son 10 los mandamientos, por lo que pidió recordarlos y preguntarse si los estamos viviendo, si los estamos guardando.

“Cómo puede decir que Dios bendiga a Honduras el asesino que sigue matando; cómo puede decir que Dios bendiga a Honduras el que sigue robando, aunque lo camuflen o lo escondan de distintas maneras; cómo puede decir que Dios bendiga a Honduras el que sigue maltratando a la mujer en su hogar o fuera del hogar; cómo puede decir que Dios bendiga a Honduras, el que miente y oculta la verdad, en fin, así podríamos pasar los 10 mandamientos de la Ley de Dios, pero la palabra de Jesús es muy clara, si me aman guardarán mis mandamientos”, recriminó.

Agregó que por eso el Señor Jesús nos recuerda “me verán y vivirán, el que se acerca a mí vive porque se contagia con el Espíritu que es vida, el que me da su confianza encuentra sentido en su vida, encuentra fuerzas para vivir aunque estemos en estas circunstancias difíciles vivirán y viviremos aunque nos llegue la muerte porque el que vive en Jesús, no muere para siempre, Jesús es la vida que no acaba nunca”.

En ese sentido, Rodríguez pidió retener en el corazón las palabras de Jesús al comienzo del evangelio de hoy, “si me aman, guardarán mis mandamientos, si me aman tendrán motivos para combatir las tinieblas y la injusticia y para devolver al pobre su dignidad, si me aman tendrán la fuerza para romper todas las ataduras que los esclavizan, entrarán en el camino de la verdadera libertad”.

Acotó que la posibilidad de vencer esta epidemia del coronavirus, la posibilidad de triunfar pasa por el transformar nuestra sociedad, pasa por nuestro propio corazón, pasa por dejarnos transformar poco a poco y abrir caminos de paz y de esperanza.

“Honduras puede salir de esta situación, pero solamente si nos abrimos a Cristo y al Santo Espíritu, si dejamos atrás la basura del pecado, de todo pecado, de toda maldad, por eso hoy le decimos al Señor, tu Señor no nos dejas desamparados, tu Espíritu de amor nos acompaña siempre, es para nosotros fuerza y aliento en la vida, la vida que nos llena de alegría”, señaló.

Por esa razón, clamó: “protege especialmente al personal de salud, a todos aquellos que están dando su vida que podamos superar esta situación, protege a los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía, no están ahí en peligro de contagio por diversión, están por cumplimiento de su deber, están por amor, protege a todos aquellos que tratan de cumplir las medidas quedándose en la casa, usando la mascarilla, desinfectándose; convierte a los pecadores, a aquellos que se sienten autosuficientes que siguen contagiando a otros, bendice a nuestra Honduras, bendícela porque queremos guardar tus mandamientos”.