Tegucigalpa- La pandemia por COVID-19 no ha cesado las deportaciones a Honduras de connacionales que al 13 de septiembre acumulan 29 mil 748 personas retornadas de las cuales tres mil 735 son mujeres y mil 270 son niñas.
Los datos del Observatorio Consular y Migratorio de Honduras (Conmigho), del ministerio del Exterior, establecen que de las tres mil 735 mujeres que han sido deportadas, mil 554 fueron retornadas desde Estados Unidos.
Asimismo, dos mil 62 fueron deportadas desde México, de ellas mil 250 lo hicieron por la vía aérea; 185 aterrizaron en el aeropuerto Toncontín en Tegucigalpa y mil 65 en San Pedro Sula, otras 812 llegaron por la vía terrestre.
Según el informe, las mujeres retornadas desde el área centroamericana suman 119, de las cuales 12 fueron deportadas por la vía marítima desde Belice.
Niñas
Las estadísticas también establecen que mil 270 niñas han sido deportadas desde Estados Unidos, México y la región centroamericana.
Desde Estados Unidos fueron deportadas 480, mientras que desde México se contabilizan 745, de las cuales 432 regresaron por la vía aérea y 313 por la vía terrestre.
Además, se registran 44 niñas que fueron retornadas desde la región centroamericana, incluida una desde Belice por la vía marítima.
Sueño americano
Las mujeres hondureñas han optado por buscar el sueño americano para poder brindar una vida mejor a sus hijos o familiares.
Por años, las mujeres han emprendido la ruta migratoria en la que muchas de ellas han sufrido abuso sexual, accidentes y hasta la muerte.
Igualmente, las mujeres que emigran deciden hacerlo aun sin documentos hacia Estados Unidos, porque son víctimas de violencia doméstica o son amenazadas de muerte por pandillas, extorsionadores y sicarios.
Asimismo, menores, tanto niñas como niños que emprenden la ruta para reunirse con sus padres en los EEUU y cuyo trasladado es encomendado a un “coyote”, o se van en núcleos familiares, también son parte de los retornados.
La mayoría de migrantes que deciden emprender la peligrosa ruta migratoria quedan varados en México, especialmente desde hace un par de años, pese a que logran llegar a la frontera norte de ese país a la espera de una resolución a la solicitud de asilo.
Durante su estadía en suelo azteca decenas de migrantes se presentan ante las autoridades de ese país o son detenidos para luego ser deportados a Honduras.