Moscú – Rusia empezó hoy a entregar pasaportes bajo el procedimiento simplificado a los residentes del Donbás, en el este de Ucrania, un paso anunciado en abril por el presidente ruso, Vladímir Putin, que ha tensado aún más las relaciones entre ambos países.
Según las agencias rusas Interfax y RIA Nóvosti, el primer grupo de unos 34 residentes de la autoproclamada República Popular de Donetsk, recibió pasaportes rusos en un centro especializado de Pokróvskoye, en la región rusa de Rostov, fronteriza con Ucrania.
«¡Hoy es un día importante para usted! Adquiere la ciudadanía de la Federación de Rusia y recibe un documento que prueba la identidad de un ciudadano de un gran país», dijo a este grupo el director de la Dirección General del Ministerio del Interior de Rusia para la Región de Rostov, Oleg Agarkov, en un discurso de bienvenida.
Los residentes de Donetsk llegaron el viernes en un autobús a Pokróvskoye, donde fueron recibidos por el diputado de la Duma estatal Víktor Vodolatski y el jefe del distrito de Neklinovski, Vitali Danilenko.
El jefe del Servicio de Migración de Donetsk, Vladímir Krasnoshchek, dijo anteriormente que, hasta la fecha, se han recibido más de 8.000 solicitudes para obtener la ciudadanía rusa.
En paralelo, comenzó asimismo en la ciudad de Novoshakhtinsk, también en la región de Rostov, la emisión de pasaportes rusos a los habitantes de la autoproclamada República Popular de Lugansk.
Según Interfax, que cita a un representante del Ministerio de Transporte de Lugansk, se trata de los primeros 30 residentes que recibieron el pasaporte ruso.
El pasado 24 de abril, Putin firmó un decreto para entregar bajo procedimientos simplificados la ciudadanía rusa a los residentes prorrusos en el este de Ucrania, alegando fines humanitarios, y el 1 de mayo anunció que ampliaba la medida a todos los ucranianos que quieran recibir el pasaporte ruso por la vía rápida.
Putin lo hizo en medio del traspaso de poder del expresidente ucraniano Petró Poroshenko al ganador de las elecciones presidenciales del 21 de abril pasado, Vladímir Zelenski.
Tanto Poroshenko como Zelenski reaccionaron duramente contra la medida y pidieron a los países socios que intensifiquen las presiones diplomáticas y de sanciones contra Rusia.
La medida aprobada el 24 de abril afecta a los casi cuatro millones de personas que viven en las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, y la anunciada el 1 de mayo podría tener consecuencias mucho más amplias, ya que también afecta a sus padres e hijos.
Los ucranianos temen que la medida puede servir como excusa para una futura intervención militar rusa en esta región o para que los enfrentamientos deriven en conflictos congelados semejantes a los de las separatistas regiones georgianas de Abjasia y Osetia del Sur o la moldava Transnistria, en las que Rusia concedió unilateralmente su nacionalidad a los separatistas locales.
En cambio, Putin insiste en que no hay «nada de extraño» en la medida, ya que es exclusivamente humanitaria y está destinada a defender los derechos de esos ucranianos.