Ginebra – Debiendo enfrentar el mayor flujo de población en América Latina en años recientes, 95 organizaciones que cubren 16 países han estado trabajando conjuntamente a fin de establecer una respuesta integral a las urgentes necesidades de millones de migrantes y refugiados de Venezuela y sus comunidades de acogida. Este esfuerzo es coordinado por ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y por OIM, la Organización Internacional para las Migraciones.
Lanzado hoy en Ginebra, el Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes (RMRP por su sigla en inglés) es el primero de este tipo en las Américas: un plan operacional, con una estrategia y formato de coordinación destinado a responder a las necesidades de los venezolanos que se encuentran en movimiento y que asegura su inclusión social y económica en las comunidades que los reciben.
El RMRP, que es también un llamamiento de fondos, se enfoca en cuatro áreas claves: asistencia de emergencia directa, protección, integración socioeconómica y cultural y fortalecimiento de las capacidades en los países de acogida.
“Este plan es un llamamiento a la comunidad de donantes, entre ellos diversas instituciones financieras internacionales y actores de desarrollo, los cuales pueden jugar un rol fundamental en la situación actual, para que aumenten su apoyo a refugiados y migrantes en la región y en las comunidades de acogida que le han abierto los brazos”, dijo Eduardo Stein, Representante Especial Conjunto de ACNUR y OIM para los refugiados y migrantes venezolanos.
“Los venezolanos que conocí durante mis visitas hablaron de hambre, de la falta de acceso a cuidados médicos, de inseguridad, amenazas, temor. Son familias, mujeres solas, niños, jóvenes de ambos sexos, todos ellos en condiciones de extrema vulnerabilidad. La única opción que tuvieron fue irse del país – a veces debiendo caminar durante días – buscando una vida digna y la posibilidad de construir un futuro”, dijo Stein, agregando que esta crítica situación se ha visto exacerbada por la falta de medios de vida, lo cual expone a los refugiados y migrantes a todo tipo de explotación.
Si bien los venezolanos han estado abandonando su país durante años, estos movimientos aumentaron en 2017 y se aceleraron aún más en 2018. De acuerdo con estimaciones de las que se dispone, un promedio de 5.500 personas han estado abandonando el país cada día en 2018.
“La solidaridad de los países de América Latina con los venezolanos ha sido aleccionadora. Es ahora vital que estabilicemos la grave situación humanitaria que afecta a los millones de venezolanos en búsqueda de protección y albergue en todo el continente”, dijo el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi. “El llamamiento lanzado hoy pone de relieve la urgencia de esta compleja situación, la cual evoluciona con mucha rapidez, y la necesidad de que las comunidades de acogida reciban apoyo”.
Los requerimientos de fondos del RMRP para el año 2019 ascienden a la suma de 738 millones de dólares estadounidenses. Las intervenciones del Plan estarán destinadas a 2,7 millones de personas en 16 países, de las cuales 2,2 millones son venezolanas, y a otras 500.000 pertenecientes a las comunidades de acogida.
“La OIM está comprometida a ampliar su apoyo a los Gobiernos de América Latina y el Caribe que han brindado asistencia y solidaridad a los migrantes venezolanos durante el último año”, dijo el Director General de la OIM, António Vitorino. “Hacemos un llamado a la comunidad de donantes para que apoye generosamente este plan regional”.
Se necesita desesperadamente contar con la solidaridad y una responsabilidad compartida por parte de la comunidad internacional, no solamente para con los nacionales de Venezuela sino también para con los gobiernos y los ciudadanos que están en los países de destino. Han estado al frente de la respuesta frente al flujo, y lo han hecho incluso por intermedio de iniciativas regionales tales como el Proceso de Quito, habiendo demostrado asimismo una extraordinaria generosidad hacia los refugiados y los migrantes, en algunos casos durante años. Su capacidad para enfrentar la cuestión y su infraestructura están ahora sobre exigidas, estando las necesidades por encima de la capacidad de la que disponen.
“Hay desafíos y brechas importantes, en particular en lo relacionados con la documentación, la regularización, la capacidad de los sistemas de asilo y el acceso a servicios básicos tales como la educación, el albergue y la protección”, dijo Stein.
Hasta la fecha, la mayor parte de los migrantes y refugiados de Venezuela han llegado a la vecina Colombia. Si bien muchos se han quedado ahí, otros han seguido con su travesía, en especial rumbo a Ecuador, Perú, y en menor medida rumbo a Chile y Argentina. Mientras tanto Brasil se ha convertido en un punto de destino importante. México, el Caribe y los países de Centroamérica han hasta ahora sido testigos de un número menor de llegadas, ya sea directamente o a través de movimientos secundarios. Estas tendencias es probable que se mantengan a lo largo del año 2019.