Tegucigalpa – El secuestro de migrantes hondureños en México es un flagelo que se reedita día con día en México, país de tránsito de miles de connacionales que buscan llegar a Estados Unidos para cumplir el denominado “sueño americano”.
-Aunque los hondureños comúnmente son las víctimas del secuestro también existen casos en los que son los verdugos, es decir, se convierten en los secuestradores.
Dos familias del departamento de Valle, zona sur de Honduras, han denunciado el secuestro de sus parientes en México por quienes piden un rescate de siete mil dólares (175 mil lempiras).
Los familiares de Keyla Mariela García, originaria de la aldea del Jobo, Río Grande, municipio de Nacaome en el departamento de Valle indicaron que tienen hasta este lunes para reunir la mitad del pago del rescate, es decir 3 mil 500 dólares.
Con base en lo anterior los familiares han emprendido acciones de recolección de fondos y han habilitado cuentas de ahorro en distintos bancos nacionales para poder recaudar el monto solicitado.
Los Zetas vuelven al ataque
Los Zetas o Cártel de Los Zetas es un cártel y organización terrorista mexicana, considerado el más poderoso y sanguinario de la historia y es a ellos a quienes se les atribuye el secuestro de los dos hondureños, según sus familiares.
De acuerdo al relato de uno de los parientes recibieron un video en que miembros de Los Zetas apuntan a la cabeza a su pariente y le dictan las condiciones del rescate.
El primer plazo se cumple este lunes 16 de agosto y tres días después el jueves 19 de agosto se deberá completar el pago del rescate, según han instruido los secuestradores.
Cabe señalar que la organización criminal de Los Zetas está formada por antiguos elementos de élite del ejército mexicano que tras desertar iniciaron su actividades criminales en Tamaulipas, como brazo armado del Cártel de Golfo.
Aunque en los últimos tiempos, Los Zetas se han fragmentado y han visto disminuir su influencia, pequeñas facciones mantienen actividades delictivas, principalmente dedicadas al secuestro de inmigrantes de Centroamérica.
Disminuyen secuestro pero mismos no paran
De acuerdo a un informe de la organización Alto al Secuestro, los secuestros en territorio mexicano cayeron un 14,2 % anual en la primera mitad de 2021, cuando se reportaron 523 casos frente a los 610 del mismo periodo del año anterior.
Sin embargo, la asociación registró un aumento mensual de 2,6 % en el número de víctimas en junio, cuando contabilizó 118.
Pese a este incremento mensual, la cifra de carpetas de investigación decreció 6,5 % en junio, con 85 secuestros indagados, y la cantidad de detenidos disminuyó 20 % hasta 108.
Con las cifras de la primera mitad de 2021, México acumula 3.734 secuestros en lo que va del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, quien asumió la presidencia en diciembre de 2018.
Más cifras
De acuerdo a los datos de la organización Alto al Secuestro que en México ocurren cuatro secuestros al día, 28 cada semana y 121 al mes bajo el actual gobierno.
Tan solo cinco estados concentran más de la mitad de los plagios, el 54 %, encabezados por Veracruz (748), Estado de México (633), Ciudad de México (312), Puebla (163) y Morelos (155).
Los municipios con mayor incidencia son Benito Juárez (Cancún), Quintana Roo; Ecatepec, Estado de México; Xalapa, Veracruz; la alcaldía Iztapalapa, en Ciudad de México, y Reynosa, Tamaulipas.
Aunque la organización reporta un descenso en los secuestros advirtió que de una cifra negra no contabilizada por las fiscalías ni los Gobiernos.
Hondureños también verdugos
Aunque los hondureños comúnmente ocupan el papel de víctimas en este delito, también lo hacen como verdugos, es decir como secuestradores.
En ese sentido, en el pasado mes de julio México condenó a cinco hondureños por el secuestro de migrantes.
En ese orden, en julio la fiscalía del norteño estado de Sonora, en México y fronterizo con Arizona, informó de la condena de cinco hondureños, cuatro hombres y una mujer, a 75 años de prisión por secuestrar a migrantes y por el delito de asociación delictuosa.
Los hondureños fueron detenidos en mayo de 2019 en un operativo de las fuerzas de seguridad y fueron acusados de secuestrar a 13 migrantes originarios de Honduras, El Salvador y Cuba. Los sentenciados pedían entre 500 y 5 mil dólares a las familias de sus rehenes para liberarlos e intentaban que les ayudarán a reclutar a más personas.
