Tegucigalpa – El científico hondureño, doctor Miguel Sierra-Hoffman, uno de los creadores del protocolo “CATRACHO” para contrarrestar el COVID-19, le confió a Proceso Digital que es un apasionado por el fútbol, que suele mandar flores y que hace poco oficio en su casa. Aunque reside en Victoria, Texas (EEUU), donde labora en un prestigioso hospital desde hace 14 años, tiene su corazón en Honduras. Sus ocho visitas anuales confirman esta teoría.

– Me gustaría ir a Honduras para ayudar en el combate contra el COVID-19, pero los aeropuertos están cerrados.

– Un total de 39 fallecimientos por COVID-19 se han registrado en 160 días en el hospital donde labora en Victoria, Texas.

Acostumbrado en los últimos días a ocupar importantes desplegados de prensa por sus aportes en la lucha contra el coronavirus, el galeno hondureño platicó amenamente con este medio de comunicación y confesó sus pasiones.

Es uno de los tres médicos, junto a Óscar Díaz y Fernando Valerio, que dieron a conocer al mundo el eficaz protocolo “CATRACHO”, que es un cóctel de medicamentos y técnicas para tratar a pacientes en avanzado estado por el COVID-19.

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El destacado médico hondureño.

El doctor Miguel Sierra Hoffman abrió sus ojos al mundo el 5 de junio de 1965 en el Hospital Viera de Tegucigalpa, capital de Honduras.

Su apellido Hoffman proviene de su abuelo de origen austriaco, que fue uno de los gerentes de la empresa Tela Railroad Company allá a mediados del siglo XX.

Contó que vivió una infancia muy bonita en la enorme casa de su abuela en el barrio Abajo de la capital. Habían ocho cuartos y recuerda con mucho cariño a sus primas: Daysi, Nora y Maru, así como a sus vecinos: Roberto Mass, Héctor Martínez, Daniel Fortín, entre otros.

“Crecimos practicando fútbol en la calle, jugábamos escondite… lo que puedo decir que mis recuerdos de la infancia son extraordinarios”, dijo con pausado acento.

Es un apasionado del fútbol. Mitad Olimpia y mitad Vida en la Liga Nacional. Sigue a la Selección Nacional donde quiera que juega. “Procuro ir a todos los juegos eliminatorios de la selección, solo cuando van a las islas del Caribe se me hace difícil acompañarlos, también voy a Honduras cuando juega en San Pedro Sula, hace poco los fui a ver contra Chile, Trinidad y Tobago, y Martinica”, citó.

Rememoró que el primer gol que gritó de niño fue uno de Rigoberto “Shula” Gómez. “El fútbol marcó mi infancia y por ende mi vida”, expresó.

Dijo que comparte la pasión del Olimpia y el Vida, en vista que el primero fue el equipo de sus amores y al segundo le tomó cariño cuando estuvo haciendo el internado de medicina en La Ceiba y que dicho sea de paso el club caribeño fue dos veces campeón de liga (1981 y 1983).

“Voy a decir que mi corazón es mitad Olimpia, mitad Vida y un poquito Victoria”, apuntó.

Se considera un hombre detallista y romántico, de los que aún mandan flores y de buen gusto por la música sentimental, aunque no necesariamente sea un buen bailador.

Se confesó un apasionado por Honduras, la que visita al menos ocho veces al año. Su alma está en Estados Unidos y su corazón en Honduras, “en realidad nunca me he ido porque siempre vuelvo”, dijo.

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El doctor Sierra Hoffman en una foto del álbum familiar.

Casado con Andrea Castilla, oriunda de Texas, con quien procreó cuatro hijos: Helen, Diego, Michel y Nini.

El entrevistado soltó la risa cuando se le consultó ¿Qué oficios ayuda a hacer en la casa?, a lo que respondió con un rotundo “nada” acompañado de una carcajada picaresca. Sin embargo, dijo que cuida a los perros y que su especialidad es cocinar huevo frito.

Medicina en la sangre

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Sigue a la selección donde sea.Consultado sobre por qué estudio la carrera de medicina, respondió: “En la familia mi papá era médico, mi tío era el doctor Jorge Sierra -decano de la Facultad de Medicina-, además mis otros tíos: José, Ernaldo y Rigoberto eran ingenieros, entonces era una obligación ir a la universidad”.

Confesó que decidió estudiar medicina un día antes de ingresar a la universidad. Por un momento pensó estudiar Ciencias Jurídicas y Sociales.

Se graduó en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) en Medicina General en el año de 1991, luego sacó Medicina Interna en Pensilvania, seguidamente la especialidad de Infectología en Texas, EEUU, y finalmente en Alabama cursó Neumología y Cuidados Intensivos.

Recordó con especial cariño sus etapas como galeno general en La Ceiba, Aramecina y La Mosquitia, en esta última estuvo nueve meses como voluntario por la epidemia de cólera, además laboró casi un año en el Centro Médico de Tegucigalpa.

Desde el 2006 labora en un hospital de Victoria, Texas, EEUU.

Protocolo “CATRACHO”

El doctor Sierra Hoffman desvirtuó que sea él el creador del protocolo “CATRACHO” para tratar pacientes graves con COVID-19. “Los creadores somos el doctor Óscar Díaz, Fernando Valerio y el equipo mío de acá de Texas, es una estrategia médica que hicimos los tres”, reafirmó.

Reveló que el acrónimo “CATRACHO” se debe a la astucia de Daniel Fortín, quien les pidió llamarlo de esa forma para que el pueblo hondureño se sintiera orgulloso.

Desglosó que en marzo de este año cuando pegó fuerte la pandemia decidieron tratar al paciente con varias técnicas de ventilación y alto flujo de oxígeno

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Fernando Ramón Valerio Pascua, Óscar Díaz y Miguel Sierra Hoffman.

Explicó que “CATRACHO” significa: C= colchicina; A2= doble anti inflamatorio que es la dexametasona con la colchicina; T= tocilizumab; R= ivermectina; A= anti coagulación; C= hidroxicloroquina; H= alto flujo de oxígeno; O= dormir boca abajo. 

Detalló que en el sur de Texas se comenzó a usar el protocolo “CATRACHO” desde finales de marzo. 

“El doctor Óscar Díaz y Fernando Valerio estaban haciendo lo mismo que yo y lo interesante es que no nos conocíamos, éramos médicos que estábamos tratando pacientes”, recordó.

Agregó que luego de un webinar se comunicaron entre los tres médicos y empezaron a mencionar que estaban pensando igual, lo que los llevó a crear el tratamiento “CATRACHO”.

A mediados de abril, San Pedro Sula tenía 17 por ciento de mortalidad por COVID-19. El 20 de abril se comenzó el abordaje “CATRACHO” y al 31 de mayo el índice bajó a su mínimo (2.1 %).

El 1 de junio el gobierno hondureño lo adoptó como el tratamiento de la nación y desde entonces la mortalidad ronda del 2.1 % a 3.0 %.

“Me parece que Tegucigalpa y San Pedro Sula ya pasaron lo peor. El virus va a seguir como una gráfica ondulada, pero los médicos ya saben qué hacer. He sostenido reuniones con la doctora Suyapa Sosa (Hospital El Tórax), que lo están usando, también me he reunido con doctores del Honduras Medical Center, el Seguro Social de San Pedro Sula, Cemesa, Medicentro, Hospital Atlántida”, apostilló.

Sierra Hoffman señaló que desde un inicio sabían que las críticas iban a fluir, pero tenían la certeza que iba a funcionar porque ellos lo habían comprobado en el campo médico con los pacientes con COVID.

Externó que le hubiera gustado que la pandemia lo habría agarrado en su natal Honduras para poder haberle hecho frente junto a sus colegas médicos. “Ojalá que cuando abran las fronteras se pueda cumplir ese sueño mío para poder ayudar”, aseveró.

Reveló que están a punto de sacar el estudio sobre el tratamiento “CATRACHO”, ya lo han expuesto en conferencias médicas y que lo han explicado a varios países que lo utilizan exitosamente, lo que podría en los próximos días que concluyan patentándolo.  

“A todos los médicos nos fue mal al principio porque se trata de una enfermedad nueva, por eso el plan de vuelo no funcionó porque lo hicieron con base a los demás coronavirus”, arguyó. 

Futuro del COVID

Desmenuzó que el coronavirus ya llegó a su pico máximo en las ciudades de San Pedro Sula y Tegucigalpa, y lo que habrá de ahora en adelante son pequeños “olitas” que deberán ser tratadas con eficiencia por las autoridades sanitarias.

En analogía futbolística apuntó que ahora “el balón” está en la cancha de los hospitales rurales, donde sucederá lo mismo que pasó en las dos principales ciudades del país. “La ventaja que tienen es que la pandemia les pegará ocho meses después, cuando ya hay muchas cosas probadas y se sabe qué hacer en determinadas situaciones”, dijo.

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Sierra Hoffman en la plática con Proceso Digital.

No se atrevió a mencionar que el virus solo afecte una vez a las personas, al tiempo que citó existe mucha posibilidad que las personas generen inmunidad ante el COVID.

Estimó que la solución al virus es la vacuna, la que no estará disponible en menos de seis meses porque hay mucho interés científico a nivel mundial.

Concluyó la entrevista contando que pasa más informado de lo que ocurre en Honduras que cualquier ciudadano que vive en el país. Así es el doctor Sierra Hoffman, un héroe con un corazón catracho, que palpita al ritmo de un país que guarda la esperanza, más aún en medio de las mayores crisis de su historia.