Fotografía fechada el 11 de abril de 2020, que muestra negocios cerrados debido a la pandemia de la COVID-19, en ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua (México). EFE/ Luis Torres

Ciudad Juárez (México) – Tras restringir el cruce sin un motivo «esencial» en los puentes internacionales entre los Estados Unidos y México, decenas de pequeños empresarios mexicanos que dependen principalmente de la clientela americana se dicen desesperados ante la pandemia.

Comercios como farmacias, consultorios médicos o dentales y casas de cambio de divisas históricamente instaladas cerca de los cruces fronterizos para ofrecer sus productos o servicios a estadounidenses que llegan a Juárez -ciudad al norte del estado de Chihuahua- para hacer rendir sus dólares en México.

Pero el pasado 20 de marzo los gobiernos de México y Estados Unidos anunciaron la suspensión del tráfico «no esencial» entre ambos países, dejando exento el comercio y algunos casos de fuerza mayor como asuntos sanitarios.

Mientras que México suma al momento 6.297 casos y 486 fallecidos, Estados Unidos es ya el país más afectado por la pandemia coronavirus con más de 675.000 casos y 34.500 muertos.

UNA FRONTERA FRENÉTICA

El comercio entre México y Estados Unidos por su frontera terrestre es considerado uno de los más frenéticos del mundo, a razón de un millón de dólares de intercambio por minuto.

«Prácticamente todos (los estadounidenses) vienen y compran aquí, de todo, te puedo decir que hasta para un jarabe de la tos, vienen y se llevan hasta cinco piezas», comentó este viernes a Efe Carmen Zúñiga.

Esta empleada de una farmacia a apenas 30 metros del puente fronterizo indicó que a veces compran prácticamente al por mayor -hasta 15 unidades de un mismo producto- y así se surten de fármacos de todo tipo.

Pero en las últimas semanas las ventas han disminuido casi en un 95 %, lo que ha generado reducción de horas de trabajo para los empleados de los negocios que dependen de los visitantes.

ENTRE EL TEMOR Y LA NECESIDAD

Para María Rentería, nacida en México pero residente en la tejana El Paso, la necesidad de adquirir fármacos para cuidar su salud la animó a cruzar la frontera a pie y a pesar de los controles en ambos lados, pues por parte del gobierno de Chihuahua se hacen revisiones médicas.

«Según vemos en las noticias están poniendo muchas restricciones. (…). Se me termina la medicina y tengo que venir a comprarla aunque uno no quiera», señaló la mujer, quien exclusivamente cruzó unos minutos la frontera para adquirir medicamentos junto a su hija.

Por otro lado, José Arias-Rodríguez, quien reparte publicidad de un consultorio dental y farmacia de la zona centro ve estos días muy poca afluencia de americanos.

Pero cree que los ciudadanos de Ciudad Juárez comienzan a salir poco a poco de sus casas, sobre todo aquellos que viven al día y tienen la necesidad de llevar un sustento a sus familias.

México ha establecido medidas de distanciamiento social hasta cuanto menos el 30 de abril y ha paralizado actividades no esenciales sin imponer una cuarentena obligatoria, ya que más de la mitad de la población se dedica al trabajo informal

«Mucha gente días atrás no salía y ahora ya está saliendo por lo mismo, si no nos morimos de coronavirus, nos moriremos de hambre. Uno tiene que salir a conseguir lo que Dios te dé», resumió el repartido de panfletos.

Pese a la necesidad imperante de muchos, la economía local en esta región fronteriza no tiene un futuro a corto plazo muy alentador, al menos para las próximas semanas y mientras duren las restricciones.

La mayoría de los locales del área han bajado sus cortinas y no se vislumbra una nueva fecha de apertura en este rincón del mundo que antes no descansaba.