Washington – El Gobierno de Donald Trump ha puesto en marcha un programa secreto en la frontera sur para revisar las peticiones de asilo en un periodo de solo unos 10 días -en comparación a los meses o años que suele durar el proceso- y deportar así a los migrantes con rapidez, informó este jueves The Washington Post.
El programa, que lleva por nombre «Revisión Inmediata de la Solicitud de Asilo», se lleva a cabo en la zona de El Paso (Texas), que se ha convertido en un banco de pruebas de las políticas fronterizas de Trump.
El objetivo del programa es determinar si quienes han solicitado el asilo, en su mayoría migrantes centroamericanos, van a ser deportados a sus países de origen.
Abogados de inmigración y la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, en inglés) han denunciado que este programa piloto niega a los solicitantes de asilo el «debido proceso».
Desde su llegada al poder en enero de 2017, Trump ha hecho del asilo uno de sus objetivos políticos, ya que considera que hay un abuso del sistema del que los inmigrantes se aprovechan para vivir y trabajar legalmente en Estados Unidos tras ingresar al país sin permiso.
A principios de este año, de hecho, la frontera sur vivió un incremento en las llegadas de solicitantes de asilo centroamericanos en unidades familiares.
El pasado mayo fue el mes de mayor flujo desde 2006, con la detención de más de 132.000 personas que cruzaron la frontera sin permiso.
Trump ha probado varias medidas para desincentivar esa migración, como separar a padres de sus hijos menores de edad tras cruzar la frontera o devolver a México a solicitantes de asilo a la espera de que se resuelvan sus casos.
Recientemente, el Gobierno también ha implementado una medida que limita el derecho al asilo a los centroamericanos al denegarlo a aquellos indocumentados que antes de llegar a EE.UU. hayan pasado por México u otro país sin haber pedido allí esa protección.