Miami – El presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, anticipó este jueves su regreso a Washington y no asistirá esta noche a la tradicional gala que anualmente celebra en su residencia y club privado en Palm Beach (Florida), Mar-a-Lago, donde los asistentes pagaron cuantiosas cantidades para compartir con el mandatario la Nochevieja.
Trump y la primera dama, Melania, partieron rumbo a la capital en el Air Force One en un cambio de agenda inesperado que le hará perderse la fiesta anual de Año Nuevo que ha organizado en Mar-a-Lago los últimos lustros.
Regresa a Washington después de disfrutar desde el pasado día 23 las cálidas temperaturas y sus habituales partidas de golf en Palm Beach, donde pasó acompañado de su familia las que fueron sus últimas Navidades como presidente.
La celebración de la gala no está exenta de polémica pues se celebrará en plena pandemia y a pesar de las constantes recomendaciones de las autoridades sanitarias de evitar a toda costa las reuniones multitudinarias y, a poder ser, dejar pasar las celebraciones decembrinas para evitar el riesgo de aumentar los contagios.
Aunque se desconoce el precio que han pagado los asistentes a la fiesta de esta noche y acompañar a Trump en tan señalada fecha, el diario Palm Beach Post recuerda que las entradas han ido aumentado desde que Trump ganó las elecciones de 2016.
En la Nochevieja de aquel año los miembros del club pagaron 525 dólares por persona, 600 el año siguiente y 650 en 2018, precio que era todavía mayor para los invitados que acompañaban a los habituales de Mar-a-Lago.
Medios locales apuntan que, a pesar de la partida de Trump y Melania, sus hijos permanecerán para asistir a la gala, a la que el año pasado fueron todos ellos.
Los Trump han publicado en las últimas horas en sus redes sociales mensajes y fotografías mostrando los buenos momentos vividos en el sur de Florida.
Esta será la segunda ocasión que Trump no asista a la gala en los últimos años, después de que en 2018 tuviese que recibir el nuevo año en Washington debido al cierre administrativo del Gobierno federal, aunque en aquella ocasión Melania fue la que presidió la fiesta.
Las restricciones del espacio aéreo de la región de Palm Beach que siempre se programan durante las visitas de Trump a Mar-a-Lago estaban previstas inicialmente hasta el próximo 3 de enero, aunque finalmente el presidente optó por regresar antes a la capital.
Allí se espera que prosiga con sus presiones para intentar que el próximo 6 de enero el Congreso, en una sesión conjunta de la Cámara de Representantes y el Senado, no confirme los resultados de las elecciones presidenciales de noviembre pasado, en las que ganó el demócrata Joe Biden.
A pesar de que se conoció el triunfo de Biden hace más de 50 días, el republicano se ha negado a reconocer su derrota y ha interpuesto varias demandas judiciales para descalificar los resultados, aunque todas ellas han sido desestimadas.
En su camino hacia el aeropuerto de Palm Beach, Trump al menos ha podido este jueves ver a multitud de sus seguidores que esperaban el paso de la caravana presidencial con banderas estadounidenses y carteles a su favor, aunque también había algunos con mensajes a favor del demócrata, y uno decía «Biden ganó, perdiste, supéralo».