Edirne (frontera turco-griega) – Turquía ha insistido este martes por la mañana en que miles de refugiados y migrantes siguen cruzando la frontera con Grecia, mientras que la Policía griega asegura que la noche ha sido relativamente tranquila y que desde el sábado sólo 25.000 personas han intentado, sin éxito, entrar en el país.
El ministro turco del Interior, Süleyman Soylu, aseguró esta mañana que hasta las 06.15 GMT de hoy un total de 130.469 migrantes han abandonado Turquía desde que el pasado viernes el Gobierno aseguró que ya no podía ni intentaría evitar que cruzaran hacia la Unión Europea, 13.000 más que ayer a mediodía.
Ese anuncio provocó que miles de personas, entre ellos muchos refugiados de la guerra civil siria que llevan, en algunos casos, años viviendo en Turquía, se pusieran en marcha para intentar cruzar la frontera terrestre con Grecia o tratar de alcanzar en pequeños botes las islas griegas del Mar Egeo más cercanas a la costa turca.
Muchos de ellos han asegurado que la Policía turca les ha animado e incluso ayudado a acercarse a la frontera, alimentando los bulos de que Grecia permitiría el paso. En realidad, el Gobierno griego ha reforzado policial y militarmente la frontera y ha recurrido a la fuerza para evitar las entradas.
Fuentes policiales turcas aseguraron a Efe que un refugiado sirio murió ayer alcanzado por una bala de goma disparada por agentes griegos, algo que ha negado el Gobierno de Atenas.
Además, Grecia ha suspendido la tramitación de peticiones de asilo, argumentando que al tratarse de llegadas masivas y no de entradas individuales, no supone una violación de los tratados internacionales.
Las cifras de Turquía contrastan con las de Grecia. Fuentes gubernamentales griegas indicaron a Efe que desde el pasado sábado hasta hoy se ha evitado que 25.000 personas entraran irregularmente en su territorio.
Un total de 183 han sido detenidas, y un número no precisado de ellos han sido condenados a cuatro años de cárcel y una multa de 10.000 euros.
Una fuente policial de la zona fronteriza con Turquía ha explicado hoy a Efe que aunque la noche ha sido relativamente tranquila miles de persones siguen concentradas en el lado turco de la frontera.
Uno de ellos es Mohamed, un treintañero sirio que llevaba varios años viviendo en Estambul, y que afirmó hoy a Efe que no se moverá de la frontera hasta que pueda pasar a Grecia.
Según relató, miles de personas siguen acampadas en los 900 metros que separan los puestos aduaneros de Turquía y Grecia en el paso cerca de la ciudad de Edirne. Aunque ONG y ciudadanos particulares han repartido comida y mantas, Mohamed afirma que no hay suficientes para todos.
La Policía turca, que permite el paso a los refugiados, impide a la prensa acercarse a la frontera.
En las islas del Egeo, más de 1.000 personas han llegado en los últimos días, según datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), una cifra por encima de la media de desembarcos durante las últimas semanas.
En islas como Lesbos se han producido ataques por parte de vecinos a ONG que atienden a los migrantes, e incluso intentos de que no desembarquen.
Un niño murió ayer al volcar el bote en el que se acercaba a la isla de Lesbos.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, junto a otros altos cargos de la UE, tiene previsto visitar hoy la zona fronteriza en compañía del primer ministro griego, el conservador Kyriakos Mitsotakis.
Por su parte, el alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, viajará a Ankara hoy para tratar con altos cargos turcos la situación.
Turquía anunció el viernes que dejaba el paso franco a los migrantes después de que una treintena de sus soldados murieran en un bombardeo de las fuerzas sirias en Idlib, el último bastión donde milicias islamistas, apoyadas por Ankara, resisten al régimen de Bachar al Asad, respaldado por Rusia.
De esa forma, Ankara espera presionar a la UE para que aporte más dinero a la atención de los cientos de miles de refugiados sirios que viven en Turquía, en algunos casos desde hace años, y para que apoye su campaña militar en Siria.