Unas jóvenes se abrazan frente a una iglesia que funciona como Santuario para las familias indocumentadas. EFE/José Miguel Pascual/Archivo

Denver (CO) – Un inmigrante mexicano que llegó de niño a Estados Unidos y ahora afronta una orden de deportación buscó santuario en una iglesia metodista en Denver, capital de Colorado, junto a su esposa y sus cuatro hijos, informó este lunes la Coalición Santuario de Metro de Denver.

Jorge Araiza Ávila, de 31 años, ingresó al país cuando tenía 10 años de edad. En 2010, una serie de multas por conducir sin licencia propiciaron su detención y cuando se comprobó que carecía de la documentación migratoria se ordenó su deportación.

El pasado 10 de diciembre, Araiza Ávila debía presentarse ante las autoridades federales precisamente para ser deportado, pero en vez de eso pidió alojarse en la Iglesia Metodista Unida Park Hill, que también funciona como la sinagoga Templo Miqueas y que ya antes ha alojado a otros indocumentados situación similar.

Según la Coalición Santuario, Araiza Ávila tomó esa decisión porque su caso aún está en la corte del Décimo Distrito Federal, con sede en Denver, ante la cual los abogados del mexicano han pedido la cancelación de la deportación.

«Pero la razón más importante por la que estoy aquí en santuario es por mis tres hijas y por mi hijo pequeño. Ellos son la razón de mi vida y quienes me dan fuerzas para seguir peleando y no darme por vencido en ninguna situación», explicó el migrante en declaraciones distribuidas por la Coalición Santuario.

Su familia se ha unido a él en santuario, al amparo de las congregaciones judía y cristiana, «para continuar viviendo juntos».

La noche del martes la familia tendrá una ceremonia de bienvenida, donde se recibirán donaciones y en la que participará la dirigente mexicana Jeanette Vizguerra, también en santuario; el pastor Nathan Adams, de la Iglesia Metodista; y el rabino Adam Morris, del Templo Miqueas.

«Como cristianos, el mayor mandamiento es amar a Dios y al próximo como a nosotros mismos», dijo Adams, mientras que Morris aseveró que «el mandamiento fundamental en nuestra tradición judía es claro: todos somos extranjeros».

Además de Araiza Ávila y de Vizguerra, otras dos personas están en santuario en Colorado: la peruana Ingrid Encalada Latorre, en Boulder, y la mexicana Rosa Sabido, en Mancos.