Tijuana (México) – Con una telenovela, migrantes que esperan en México que sus procesos de asilo sean atendidos buscan exponer el problema de acceso a la educación en la fronteriza Tijuana.
“Maestra, Veterinaria, Astronauta”, es el nombre de esta producción que llevó dos años en realizarse y en la que participaron más de 65 personas, la gran mayoría de ellos migrantes de diversas nacionalidades, la cual se construyó con sus propias experiencias partiendo de sus travesías y las dificultades que encontraron para poder ingresar a una institución académica.
La pandemia como detonador creativo
Alberto Chávez, coordinador cultural de la organización Espacio Migrante, que apoyó en la elaboración de la producción, compartió a EFE que se trata de una novela comunitaria que surgió en 2020, durante la pandemia.
Esto debido a la frustración que tenían los migrantes por el encierro, “pensamos cómo podíamos sacarlos de ese aburrimiento, ellos querían solo ver novelas y se nos ocurrió crear una novela con ellos”.
La idea surgió tras realizar talleres con los migrantes que habitan el albergue que lleva el mismo nombre de la organización, el cual se ubica a solo un kilómetro del puerto fronterizo de San Ysidro, en los que cada uno expuso su historia, lo que derivó en el proyecto.
“Esta producción representa los obstáculos que tiene la comunidad migrante para ingresar a los sistemas educativos, pero también se incluye la vía y los métodos de cómo ingresar a ellos”, dijo Chávez.
Paralelamente, la telenovela cuenta las historias de una niña salvadoreña y una chica africana, que dan cuenta de toda la travesía que tienen que pasar por el territorio mexicano hasta llegar a Tijuana, “como una forma de exponer también lo que las personas migrantes en tránsito tienen que ir sorteando en sus caminos”.
Un trabajo comunitario
Chávez resaltó que este proyecto busca generar una inclusión entre la comunidad local con la comunidad migrante y construir una sinergia, por lo que participaron integrantes de Espacio Migrante y personas locales de Tijuana que se seleccionaron a través de un casting.
Así fue como se integraron Reynaldo Escoto, quien realizó el guión y dirigió la telenovela; la niña Natalia Zepeda, que interpreta a Maleshka, una de las protagonistas; Ebony Bailey, en la fotografía; y jóvenes de la licenciatura en cine y producción audiovisual de la Universidad de Tijuana (CUT), quienes se encargaron de todas las grabaciones y la producción.
Esther Morales, migrante oaxaqueña fundadora del proyecto “Comida calientita”, compartió su emoción de ver esta telenovela realizada, luego de haber participado en ella.
“Además de haber sido una experiencia nueva, es como un regalo para toda mi trayectoria, mi trabajo y la historia que he vivido, que es muy similar a la de los demás migrantes”, dijo.
Chávez señaló que fue un proceso complicado en un inicio debido a la reconstrucción de las historias de cada uno de los migrantes, “no solo por el problema de la dificultad del ingreso a los niveles educativos, sino por las experiencias que cada uno de ellos vivió también en sus lugares de origen”.
Problema burocrático
El activista puntualizó que el mayor problema de acceso a la educación para los migrantes es la burocracia que exige ciertos documentos con los cuales no cuentan las personas en tránsito.
“Es difícil porque la gente cuando sale de sus países no trae más que solo una camisa y un pantalón y nadie piensa en cargar con todos sus documentos”.
Por eso, recalcó, la telenovela busca informar sobre esos obstáculos pero también muestra la vía por la cual los migrantes pueden ingresar a un sistema educativo.
Exaltó que el hecho de que sea una producción digital «va a permitir que se extienda a otros países en donde se comparta el mensaje”, dijo.