México – Los niños migrantes están en «situaciones precarias» en albergues de la frontera norte mexicana tras un año del programa estadounidense Protocolos de Protección a Migrantes (MPP), conocido como «Remain in Mexico», alertó este viernes Pressia Arifin-Cabo, representante adjunta de Unicef en este país.
Al recorrer un refugio en la ciudad fronteriza de Matamoros, en el nororiental estado de Tamaulipas, la funcionaria encontró a 700 niñas, niños y adolescentes, de un total de 2.200 migrantes, que ahora deben esperar entre seis y 18 meses en México para acudir a hasta cuatro citas de solicitud de asilo en Estados Unidos.
«Antes, los migrantes se quedaban un par de días, una semana máximo, en los albergues de tránsito porque pasaban más rápido o más fácil, pero ahora mismo estamos viendo que hay necesidad ahora, particularmente con el programa de MPP, que se quedan en el país por meses», advirtió Arifin-Cabo en entrevista con Efe.
El 25 de enero de 2019 entró en vigor el programa «Remain in México», que permite al Gobierno estadounidense devolver a ciertos solicitantes de asilo a México, que alegó «razones humanitarias» para aceptar la propuesta, y que ha agudizado la tensión en su frontera norte.
Ahora son ocho ciudades mexicanas las que reciben migrantes, algunas de las que tienen altos índices de violencia, como Tijuana, Ciudad Juárez, Piedras Negras, Nuevo Laredo, Matamoros, y de forma reciente, algunos casos en Nogales y Reynosa.
A esto se suma que la dinámica migratoria «claramente ha cambiado» con la entrada de las caravanas desde octubre de 2018 porque ahora los migrantes «llegan en masa», según la representante adjunta de Unicef.
Ante esta política y el nuevo panorama, la funcionaria internacional exhortó a las autoridades mexicanas a contar con estándares, control y monitoreo de los refugios, donde han detectado que los menores de edad viven en carpas, con calor, lluvia y sin espacios seguros, lo que además les ha provocado ansiedad.
«Implica un cambio o una dinámica muy diferente para los albergues y muchos albergues no están diseñados o estructurados para poder aguantar los migrantes que se están quedando muchos meses», apuntó.
Además de necesidades de alimentación y salud, Unicef ha encontrado menores de edad que llevan hasta seis meses sin ir a la escuela.
Aunque Arifin-Cabo reconoció la actitud de las instituciones educativas locales para acoger a los niños, advirtió que tienen necesidades especiales porque muchos han olvidado incluso cómo leer y escribir después de tanto tiempo sin educación.
«Sí hay apertura, pero todavía hay que trabajar los detalles porque hay necesidades especiales que hay que considerar, por ejemplo, hay que asegurar que el tránsito entre la casa y el campamento esté seguro, y que hay que poder responder a las necesidades de los niños migrantes», manifestó.
La representante adjunta de Unicef también pidió a las autoridades mexicanas cumplir con la Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.
Esta normativa establece, explicó la funcionaria internacional, que los niños no pueden permanecer detenidos en las estaciones migratorias o «en ninguna parte», además de que tienen derecho a protección especial.