Roma- Un total de 301 migrantes salvados en las últimas horas en aguas del mar Mediterráneo por los barcos de varias organizaciones humanitarias esperan un puerto seguro en el que desembarcar, mientras se siguen interceptando más pateras.
El buque «Ocean Viking», operado por Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Mediterránee, cuida a bordo a 223 migrantes salvados en diversas operaciones en aguas internacionales frente a la costa de Libia, de donde zarpa la mayoría hacia territorio europeo.
El viernes fueron rescatadas 92 personas, entre ellas 32 menores no acompañados -uno es un bebé de seis meses- y cuatro mujeres embarazadas, mientras que en la noche del sábado fueron salvados otras 59 migrantes que viajaban en una precaria embarcación de madera.
El último rescate del «Ocean Viking» tuvo lugar la pasada noche con la localización de una patera «altamente inestable» con otros 72 migrantes, en zona de búsqueda y rescate (SAR) de Malta.
Por otro lado, el barco «Alan Kurdi» de la ONG alemana Sea Eye mantiene a bordo a 78 migrantes, el más pequeño de apenas medio año de edad, y tres de ellos tuvieron que ser atendidos este sábado por mostrar graves señales de deshidratación.
Entretanto las llamadas de auxilio no cesan, tal y como refiere la red «Alarm Phone», que ha alertado de la presencia de pateras en las proximidades de Malta.
Últimamente las naves humanitarias no están teniendo impedimentos para atracar en Italia, después de la salida del Gobierno de la ultraderechista Liga de Matteo Salvini y tras la puesta en marcha de un mecanismo de reparto de migrantes entre varios países europeos.
Las llegadas de migrantes a las costas italianas van en aumento y en lo que va de año, hasta el pasado 24 de enero, desembarcaron en puertos del país 774 migrantes, frente a los 155 del mismo periodo del año anterior, según datos del Ministerio del Interior.
Salvini, que hasta el pasado agosto era el titular de ese Ministerio, ha criticado la política de acogida de la coalición de Gobierno entre el Movimiento Cinco Estrellas, el Partido Demócrata y otras formaciones de izquierda y centro.
«Tengo curiosidad de ver si el Gobierno les permitirá desembarcar o les tendrán ‘secuestrados’ hasta que se cierren los colegios electorales en Emilia-Romagna y Calabria», dijo.
Salvini «sospecha» que el Ejecutivo no permitirá el desembarco de estas personas hasta que no acaben las elecciones de este domingo en las regiones de Emilia-Romagna (norte) y Calabria (sur), que él quiere ganar para desgastar a la coalición gubernamental.
El líder ultraderechista podría además ser juzgado por bloquear durante días a una nave militar italiana con un centenar de inmigrantes el pasado junio, cuando era ministro, en el marco de su política de puertos cerrados.
El Senado dio ya los primeros pasos para quitarle la inmunidad y deberá decidirlo definitivamente en las próximas semanas. Salvini ha hecho que sus senadores voten a favor de su propio juicio, en una maniobra con la que sus rivales creen que quiere parecer un «mártir».