Roma– Más de 400 migrantes a bordo de 16 pequeñas embarcaciones desembarcaron en Lampedusa durante la madrugada del domingo y fueron trasladados al centro de acogida de la pequeña isla italiana, donde hoy se recuerda el gran naufragio de 2013 cuando al menos 368 migrantes perdieron la vida frente a sus costas.
Los barcos llegados durante la noche llevaban a bordo desde un mínimo de 15 hasta un máximo de 95 personas y procedían de Túnez, Bangladesh, Sudán y Egipto.
Tras someterse a una prueba anticovid, los migrantes fueron conducidos al centro de acogida de la isla, que de esta manera alberga a 700 personas respecto a una capacidad de 250.
Durante la mañana se conmemoró el naufragio del 3 de octubre en el que perdieron la vida 368 personas y se convirtió en el símbolo del drama de la inmigración hacia Europa.
Algunos de los 155 supervivientes, rescatados por pescadores que se encontraron la trágica escena y por la Guardia Costera, asistieron hoy a la ceremonia.
En estos ocho años fueron identificados y condenados algunos marineros que no se detuvieron a ayudar y el contrabandista que pilotaba el barco, un tunecino que fue reconocido por el resto de migrantes, eritreos y etíopes.
Según los supervivientes, el traficante prendió fuego a unas mantas para llamar la atención y poder ser rescatados, pero el fuego se extendió por todo el barco repleto de carburante y los movimientos de los migrantes para evitar el fuego hicieron que volcara la embarcación, en la que había hacinadas más de 600 personas y muchos de ellas quedaron atrapadas en el interior.
A las 3.15 horas, hora del naufragio, en Lampedusa hubo un momento de meditación frente al Memorial «Nuova Speranza», y durante la mañana se inauguró ante la presencia de autoridades y migrantes la restauración de la «Puerta de Europa», el monumento a la memoria de los migrantes que murieron, y se lanzó al mar una corona de flores.
A la ceremonia asistieron, entre otros, el arzobispo de Agrigento, Alessandro Damiano; la presidenta de la subcomisión de Derechos Humanos de la Eurocámara, Maria Arena, y el vicepresidente de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior del Parlamento Europeo y exmédico de Lampedusa, Pietro Bartolo.
En las últimas horas, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Libia denunció el naufragio de dos embarcaciones, en una de los cuales se cree que hubo cuarenta víctimas, mientras que frente a Túnez, un barco de migrantes zozobró ayer a pocos kilómetros de la costa, entre Zarzis y Djerba y al menos tres personas se ahogaron y otras 17 fueron rescatadas por la Guardia Costera del país.
La asociación «3 de octubre» que nació tras la tragedia denunció que desde esa fecha murieron atravesando el Canal de Sicilia, en la llamada ruta más mortífera del mundo, cerca de 22.000 personas, mientras que según datos de ACNUR son 1.200 las que han muerto o desaparecido en el Mediterráneo central desde principios de año.