Cracovia (Polonia).- El viceministro polaco de Defensa, Marcin Ociepa, defendió este miércoles la construcción de un dispositivo defensivo y de vigilancia a lo largo de la frontera con Bielorrusia que costará más de 350 millones de euros.
El proyecto, que se ejecutará según una ley que entra en vigor este miércoles, tras ser sancionada por el presidente Andrzej Duda el martes, contempla el levantamiento de un muro de tres metros de altura que costará unos 330 millones de euros y un sistema de vigilancia electrónica valorado en más de 20 millones.
Ociepa justificó la construcción del muro y aseguró que «la seguridad y los sentimientos humanitarios pueden conciliarse», y afirmó que «cualquiera que cruce la frontera (con Bielorrusia) será atendido según el procedimiento apropiado».
Hace pocas semanas, el Ejecutivo polaco aprobó una reforma urgente de la ley de extranjería para permitir expulsiones inmediatas de migrantes ilegales, sin que se consideren siquiera sus peticiones de asilo.
«No hay otra manera», enfatizó Ociepa, «debemos enviar un mensaje al mundo de que la frontera polaca es segura».
Según datos de la Guardia de Fronteras polaca, desde que comenzó el año se han detectado unos 29.000 intentos de entrar ilegalmente en Polonia desde Bielorrusia, de los cuales más de 15.000 han ocurrido en octubre.
Actualmente, el Gobierno polaco mantiene desplegados más de 10.000 efectivos en la zona, 6.000 de ellos militares, y acusa al régimen de Aleksander Lukashenko de permitir «provocaciones» que incluyen el lanzamiento de piedras, disparos de fogueo y amenazas por parte de «personas con uniformes militares» en el lado bielorruso.
Desde el recrudecimiento de la crisis migratoria, Varsovia ha recibido acusaciones de expulsar ilegalmente a migrantes y un reportaje de la cadena polaca TVN24 emitido el martes mostró cómo miembros de la Guardia Fronteriza polaca interceptaban a un grupo de migrantes de Kurdistán, entre los que había varios niños, y supuestamente les obligaban a volver a territorio bielorruso.
Desde el 2 de septiembre, 183 municipios polacos fronterizos con Bielorrusia se encuentran en estado de emergencia.
Varsovia acusa a Minsk de orquestar una oleada migratoria en la frontera polaca para «desestabilizar a la UE» y provocar una «guerra híbrida».
Asimismo, Varsovia considera que Rusia contribuye con su apoyo logístico a establecer una ruta de transporte que conduce a migrantes de países como Irak y Afganistán hacia la frontera polaca.