Nueva York – Decenas de vendedores ambulantes, en su mayoría latinos, recorrieron este jueves las calles de Nueva York reclamando que la ciudad cumpla con la ley aprobada el año pasado y les otorgue las licencias que les permitirán continuar trabajando sin que los multen o decomisen sus productos.

Tras 38 años sin otorgar permisos y por la intensa lucha de los vendedores, la ciudad aprobó el año pasado conceder 445 licencias de venta ambulante, pero solo para la venta de comida en la calle, y hasta el momento no ha comenzado ese proceso, mientras que los trabajadores denunciaron que se ha intensificado la intervención de la Policía, multas y la pérdida de su mercancía.

«Tacos sí, multas no» y «justicia» gritaban los vendedores mientras atravesaban el corazón de Wall Street, a lo largo de la céntrica avenida Broadway, para sorpresa de neoyorquinos y visitantes que se detuvieron a mirar atraídos por el sonido de las vuvuzelas, las consignas y llamativas pancartas en forma de «hot dog», vasos de café o pretzels, que venden para ganarse la vida.

El grupo partió desde la zona de Battery Park en el bajo Manhattan encabezados por una pancarta con sus reclamos que además de los permisos incluye que la supervisión de los vendedores ya no esté en manos de la Policía sino de un empleado civil de la ciudad.

Además, piden nuevas leyes que extiendan los permisos para otros vendedores (no solo para comida, también ropa o souvenirs), que se cree un sector para este grupo dentro de la Administración de Pequeños Negocios y se les otorgue financiación y otros beneficios de esa agencia.

También reclaman que se creen más áreas designadas para la venta en la calle.

Convocados por la Coalición de Justicia de Vendedores Ambulantes de la Ciudad de Nueva York (SVJC, por su sigla en inglés), el grupo se detuvo en su ruta hacia el Ayuntamiento frente a los departamentos de Protección al Consumidor y al Trabajador, el de Salud y la Administración de Pequeños Negocios, vinculados a los permisos que exigen y dejaron en cada pared la lista con sus reclamos.

Las multas -que van desde los 50 a los 1.000 dólares- que la Policía y el Departamento de Protección al Consumidor impusieron a los vendedores ascendieron a 2.427 dólares entre enero y mayo, un 33 % más que el mismo periodo de 2019. El sector más afectado es el de Jackson Heights en Queens, el condado de mayor diversidad étnica en el país.

El mexicano Lucio González fue este jueves a la protesta «a luchar» por sus derechos. Antes de la pandemia trabajaba en un restaurante y con la venta de tacos en El Bronx completaba sus ingresos para sostener a sus hijos de 17 y 14 años y pagar los gastos de su hogar. Ahora su puesto de vendedor ambulante es su único ingreso, y al final del día va a casa con entre 50 y 70 dólares.

Pero este año la Policía le impuso dos multas por un total de 2.050 dólares que no ha podido pagar. «Eso sería un gran sacrificio», dijo a Efe el inmigrante. Su esperanza es que la ciudad le conceda la licencia que solicitó el pasado mes, luego de que el Concejo aprobara otorgar 455 permisos.

Hasta ahora sólo existen 5.000 permisos para vendedores ambulantes en la ciudad mientras que se estima que cerca de 20.000 emprendedores, como ellos se hacen llamar, trabajan como vendedores ambulantes, siendo en su mayoría inmigrantes, veteranos militares y mujeres.