San Salvador – La violencia que afecta a El Salvador y Honduras ha generado el desplazamiento forzado de 320.000 personas, según datos dados a conocer este lunes por un representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), que prevé que la cifra aumente.
El encargado de este organismo en Centroamérica y Cuba, Giovanni Bassu, señaló que este dato se desprende de «estudios finalizados por los Gobiernos de Honduras y El Salvador, apoyados por el Acnur.
«La gente no solo huye de Centroamérica, también huye dentro de Centroamérica. A veces se quedan dentro de sus mismo países como desplazados internos», sin detallar la cifra que corresponde a cada nación.
De igual forma, Bassu señaló, sin especificar, que «2 de los 10 países de donde proviene el mayor número de solicitantes de asilo en todo el mundo son centroamericanos».
Apuntó que el número total de solicitantes de asilo y refugiados de Centroamérica en el mundo es cercano a los 500.000, de los que unos 100.000 han pedido protección principalmente en Costa Rica y Panamá.
«Mirando las tendencias y los cambios de políticas migratorias en la región, esos números van a seguir creciendo», subrayó.
Los países del llamado Triángulo Norte de Centroamérica, una de las zonas más mortíferas del mundo compuesta por El Salvador, Honduras y Guatemala, han firmado una serie de acuerdos para plegarse, según expertos, a la política antimigrante del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Estos acuerdos incluyen ayudas para reforzar las patrullas fronterizas en estas naciones para evitar la migración irregular y recibir a solicitantes de asilo en territorio centroamericano mientras Estados Unidos estudia los casos.
Estos datos fueron revelados durante la presentación de un estudio regional sobre migración y desplazamiento forzado elaborado entre el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), Acnur y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
El secretario general del SICA, Vinicio Cerezo, sostuvo que la migración centroamericana es asociada «con algo negativo», dado que «ha llamado la atención internacional por los dramas humanos».
«Es un problema que es derivado y es un efecto directo de nuestro déficit histórico del desarrollo» y vinculado con la desigualdad social, violencia sistematizada y vulnerabilidad al cambio climático, sostuvo.
Cerezo aprovechó su intervención durante la presentación de los resultados del estudio para llamar a los miembros del SICA a implementar un plan de desarrollo conjunto para «impactar efectivamente en las condiciones de vida de los ciudadanos centroamericanos».