Soldeu (Andorra) – La situación de inestabilidad política y tensión social que atraviesan varios países latinoamericanos se coló este martes en la agenda de la reunión de Cancilleres iberoamericanos preparatoria de la XXVII Cumbre de Andorra 2020, que estaba centrada en la cooperación.
El ministro de Asuntos Exteriores de España, Josep Borrell, reconoció que pese a que esta reunión “no está pensada para tratar temas políticos” la cita se tornó «más política de lo que estaba previsto».
«No es fácil hacer venir a los cancilleres iberoamericanos en un momento en el que Iberoamérica pasa por una situación muy complicada en casi todos los países, uno tras otro se encuentran con dificultades de orden público, de desestabilización de gobiernos», expresó el político español en un receso de la reunión.
En ese sentido, Borrell, quien será nombrado Comisario Europeo de Asuntos Exteriores este domingo, explicó que delegaciones como Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia utilizaron parte de sus turnos de palabra para exponer sus puntos de vista.
«Inevitablemente los países que tienen una situación como Bolivia han aprovechado la ocasión para dar su punto de vista, la reunión está siendo mucho más política de lo que estaba previsto», apuntó.
En esos mismos términos se expresó el vicecanciller de Asuntos Exteriores de Bolivia, Gualberto Rodríguez, quien explicó a Efe que el «elemento central» de la presencia de su delegación fue precisamente «transmitir a la comunidad internacional cómo Bolivia está solucionando la crisis política de las últimas semanas».
A su juicio, el resto de países iberoamericanos tuvieron una «respuesta muy positiva» a la participación de la delegación boliviana procedente ya de la administración de la presidenta interina Jeanine Áñez y no de la del ex presidente Evo Morales.
«La respuesta internacional tiene que ir en consonancia a la respuesta que está dando la sociedad boliviana», afirmó Rodríguez, quien insistió en que los «puentes» construidos entre el gobierno actual y el partido saliente para convocar unas elecciones en el corto plazo «tienen que ser reconocidos por la comunidad internacional».
Por otro lado, el canciller de Nicaragua, Denis Moncada, manifestó a Efe que pese a que estas conversaciones tuvieron lugar, los países «cada vez van tomando más conciencia de que este foro es para hablar de cooperación, de diálogo y de unidad, respetando siempre la identidad de cada Estado».
«En una reunión como ésta coinciden países y gobiernos de diferentes matices y diferentes colores, y muchas veces se pierde la perspectiva de que el foro es para la cooperación», analizó.
A su juicio, en citas de alto nivel político «se dan situaciones de mucho debate, sobre todo cuando se rompe la estabilidad normal y constitucional» de algún país, «pero para eso ya hay otros foros especiales», insistió en ese sentido.
La secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, reconoció que en esta reunión “se mostraron diferencias esenciales entre los países”, pero quiso precisar que “todos reafirmaron su compromiso por seguir trabajando el espacio iberoamericano”.
“Hemos discutido lo que hemos tenido que discutir, en parte porque este compromiso entre los países viene de que tenemos una plataforma de cooperación que tiene sentido para la gente, que impacta en la vida de las personas de Iberoamérica”, enfatizó.