Tegucigalpa – El cardenal Óscar Andrés Rodríguez, señaló este domingo durante la celebración de la santa misa en la solemnidad del Corpus Christi, que solamente siendo solidarios en la prevención del coronavirus vamos a lograr vencerlo al tiempo que pidió acercarse al que más sufre en esta etapa de la pandemia.

-El prelado cuestionó que algunos templos no se abren por la irresponsabilidad de aquellos que no les importa contagiarse.

– La eucaristía es un paquete festivo y al mismo tiempo una protesta profética contra el hambre en el mundo, apuntó.

En la homilía celebrada en la basílica menor de Suyapa a puerta cerrada y transmitida de manera virtual, pidió ser valientes y hablarle a aquellos miembros de la familia que quizá no han tomado en serio el problema del COVID-19 y después pueden ser causa de contagio para que tengamos ese verdadero amor al prójimo que es cuidar la salud.

“No podemos seguir comulgando y seguir siendo egoístas, violentos, intolerantes, indiferentes, necesitamos tomar conciencia de que comulgar la carne de Jesús, nos lleva a todo un proyecto de vida, a ser generosos, llenos de amor, pacientes, comprensivos, misericordiosos, comprometidos como Jesús que vino para dar su vida al mundo”, apuntó el prelado.

Retemos las palabras de Jesús en el evangelio de hoy, si no come del hijo del hombre y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes, ciertamente en la eucaristía podemos experimentar en qué consiste la verdadera vida, una vida que sacia nuestro deseo más profundo, añadió.

Acotó que vida eterna no se refiere en primer lugar a la vida después de la muerte, sino que designa una nueva calidad de vida, algo que podemos experimentar ya desde aquí y ya desde ahora, es una vida que va más allá de nosotros mismos, que nos sobrepasa. A partir de esta experiencia personal de vida podemos verificar que nuestra vida es más bella, más libre, más gozosa, más llena de sentido.

Señaló que este Jesús que nos entrega su vida para que tengamos vida, nos deja la eucaristía que nos impulsa a entregar nuestra vida.

La eucaristía no es un acto piadoso simplemente, es una fuerza de transformación del mundo, el que participa en la eucaristía está llamado a ser fermento de solidaridad y para eso necesitamos salir de nosotros mismos, acercarnos al que sufre, tocar esa carne de Cristo como nos dice el papa Francisco y ahora en esta etapa del coronavirus más todavía, recalcó el purpurado.

También protestar contra la injusticia, irradiar el amor misericordioso, solidario, irradiar el amor compasivo de Jesús en nuestra sociedad, si partimos el pan de la eucaristía es para que todos podamos compartir y repartir nuestra vida. La eucaristía es un paquete festivo y al mismo tiempo una protesta profética contra el hambre en el mundo.

“Eucaristía es toda la generosidad de tantas personas al demostrar y se tiene que seguir demostrando, esas entregas de alimentos, no es solamente un acto, digamos así, de solidaridad social, es un acto de fe, ahí estamos cumpliendo lo que nos deja el Señor, una protesta profética contra el hambre en el mundo”, señaló Rodríguez.

También por eso el Señor ha querido quedarse con nosotros en la eucaristía grabando en esta presencia la promesa de una humanidad renovada por su amor, manifestó el prelado quien preguntó si ¿de verdad nos dejamos transformar por la eucaristía de cada domingo?

Añadió que en esta fiesta del Corpus Cristi se nos recuerda algo que va unido la santa eucaristía, el amor cristiano, la caridad y por eso, esta veneración, este amor, esta adoración a Jesús Sacramentado.

Agradeció en esta hora santa que se lleva a cabo de Suyapa Medios, porque eso es presencia eucarística que quiere llegar a nuestros hogares.

“Yo sé lo que sufren tantos fieles que estaban acostumbrados a ir a hacer la adoración eucarística en la catedral, ya volverá el tiempo cuando seamos más dóciles y cumplamos todas las medidas necesarias para evitar que este virus se siga propagando en nuestro país”, reflexionó.

Por eso hoy en la adoración eucarística debemos poner a todos los fieles y también a todos aquellos que aún no conocen la santa eucaristía. “Hay una página muy dura en el antiguo testamento, Dios ha alimentado, a través del maná, símbolo de la eucaristía, a su pueblo y un día llegan a decir, nos da asco ese pan sin levadura y decimos, cuánta ingratitud, un pueblo que fue alimentado con el pan del cielo, dice nos da asco ese pan sin levadura”, cuestionó.

En ese sentido, recriminó que hay cantidad de personas que no lo dicen con sus palabras, pero lo dicen con sus hechos, nunca reciben la santa eucaristía, y eso es rechazar el gran amor que Dios nos tiene y entre los puntos positivos de este confinamiento tantos de los cristianos católicos han llegado a apreciar más y a sentir la nostalgia de recibir el pan de vida.

Por eso se tiene la comunión espiritual pidiéndole al Señor que lo más pronto posible, pero no de una manera irresponsable, podamos volver a abrir nuestros templos para la celebración eucarística y hay algunas parroquias de la ciudad que no pueden abrir todavía y ellos mismos son conscientes porque se están infectando más esos barrios, porque la gente sigue sin cumplir las medidas de bioseguridad.

“Algunos dicen, por qué nos cierran los templos, nos privan de la eucaristía, la iglesia no cierra los templos, quien los cierra es la irresponsabilidad de aquellos que no les importa contagiarse y que van a terminar contagiando a otras tantísimas personas. Hoy el amor a Jesús Sacramentado nos pide seguir al pie de la letra, todas esas medidas para que podamos detener ese enemigo silencioso y para que podamos volver a celebrar con gozo la comunión con el cuerpo de Cristo”, enfatizó el prelado.