Nueva York – El alcalde de Nueva York, Eric Adams, que lleva meses criticando a los gobernadores de Texas y Florida por enviar miles de migrantes a Nueva York, envió entre abril de 2022 y abril de este año a al menos 28 familias de migrantes a Florida y otras 14 a Texas, según la publicación estadounidense Politico.

En total, Nueva York reubicó en dicho periodo a 114 familias en diferentes ciudades de Estados Unidos y otros países de América e incluso envió a una familia a China, por un costo total de 50,000 dólares.

Politico reconoce que esta cantidad es ínfima en comparación con los casi 79,000 migrantes que han llegado a Nueva York o con los miles que el gobernador de Texas, Greg Abbott, ha enviado a la Gran Manzana.

«Pero el hecho de que la ciudad de Nueva York pagara viajes a bastiones republicanos podría avivar aún más las tensiones nacionales sobre un tema que seguramente influirá tanto en las elecciones al Congreso como en la candidatura a la reelección del Presidente Joe Biden», advierte la publicación.

Hace dos días, las autoridades de Nueva York insistieron en que se están volcando, sin ayuda del Gobierno federal, en facilitar el proceso de solicitud de asilo para los migrantes, que llegan a un ritmo de 2,000 a la semana y en los que la ciudad está invirtiendo millones de dólares para cubrir sus necesidades básicas.

Varios responsables de la Alcaldía indicaron que pronto abrirá el recién anunciado Centro de Ayuda para la Solicitud de Asilo para proveer servicios legales gratuitos a esos recién llegados, la mayoría latinoamericanos y que en muchos casos no hablan inglés, con el objetivo de acelerar su obtención de un permiso de trabajo.

La responsable de Salud y Servicios Sociales local, Anne Williams-Ison, reveló que la semana pasada llegaron más de 2,200 migrantes al sistema público de alojamientos, que abarca 174 espacios -muchos de emergencia, en hoteles o gimnasios escolares-, y aseguró que están llegando unos 2,000 por semana en un ritmo «consistente».

La ciudad tiene unas 98,400 personas actualmente en ese sistema, incluidos los sin techo locales más 48,700 migrantes que suelen ser descritos como solicitantes de asilo, si bien son pocos los que han iniciado efectivamente el proceso administrativo de obtener ese estatus por su alto costo en el sector privado y porque la alternativa pública es lenta y muy limitada, algo que el nuevo centro busca paliar.

La crisis migratoria comenzó en el verano del año pasado, con los envíos de autobuses desde estados del sur de EE.UU. gobernados por políticos republicanos, en especial Texas, pero se ha agravado recientemente con el fin de la política fronteriza del Título 42, que les bloqueaba el paso por cuestiones sanitarias.