Ciudad de México – El rebelde del cine mexicano Alfonso Cuarón llega a los 60 años logrando un gran éxito con filmes que son tan comerciales, como personales. Y después de «Roma» (2019) se vislumbra un camino más relajado y creativo para el afamado director.
«Si la medida de la gente es el Óscar, con ‘Gravity'(2013) Cuarón lo logra a nivel del cine norteamericano, pero si lo ves en un contexto más artístico y como director formal y personal, con ‘Roma’ también lo cumple. Yo creo que ahora está en su mejor momento», dijo a Efe el crítico de cine Silvestre López Portillo.
Con tan solo 12 años el director, nacido en la Ciudad de México el 28 de noviembre de 1961, ya contaba historias con una cámara Super 8 que su madre le había regalado.
Desde entonces los cines de la Ciudad de México se convirtieron en un refugio de los problemas que él y su familia vivieron a raíz del abandono de su padre.
Estudió Filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México y su pasión, el cine, en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), escuela que abandonó y de cuyo suceso se desprenden varias leyendas.
«Cuarón es el rebelde, su historia es simpática, que (según) lo hayan corrido del CUEC y que haya aprendido lo que tenía que hacer en la calle es lo que hace interesante a los Cuarón», explica el crítico hablando también de su hermano Carlos («Rudo y Cursi», 2007) con quien ha trabajado en múltiples ocasiones.
«Alfonso es de barrio, Guillermo (del Toro) es de provincia e Iñárritu era un publicista que ya era exitoso», dice López Portillo sobre los tres grandes amigos y directores mexicanos.
De esos tres, Cuarón se convirtió en el primer director mexicano en hacerse de un Óscar después de hacer malabares entre el cine comercial de historias encargadas y relatos propios en los que podía explorar su voz como cineasta.
Esto para subsistir dentro de la agónica industria cinematográfica a la que se enfrentaba el país en los años 90 en la que el director dio sus primeros pasos con el largometraje «Sólo con tu pareja» (1991).
«Yo conocí al Cuarón de hace 30 años y era muy claro, obsesivo y supongo que lo sigue siendo, es extremadamente profesional, no es de gratis que tenga el lugar que tiene y tantos premios», contó a Efe la cantante Regina Orozco, quien conoció al director en el bar El Hábito, en donde en su juventud platicaban sobre la posibilidad de hacer un musical y con quien trabajó en primer filme de Alfonso.
Pero fue hasta el 2001 que Cuarón logró llamar la atención nacional e internacional al hacer «Y tu mamá también» con Diego Luna, Gael García y Maribel Verdú como protagonistas, un trabajo que aún a la distancia es considerado uno de los grandes de su filmografía.
«Alfonso entendió el negocio, tienes que saber moverte y hacer relaciones públicas, antes existía un Luis Mandoki que les abrió puertas, pero ellos (Cuarón, Iñárritu y Del Toro) se metieron hasta la cocina», asegura López Portillo.
«A Little Princess» (1995), «Great Expectations» (1998) y «Harry Potter and the Prisoner of Azkaban» (2004) fueron filmes con los que, considera Silvestre, Alfonso «tuvo que pagar el piso», al tener que contar las historias de alguien más.
El mismo Cuarón bromeaba con periodistas al decir que tenía que dirigir estos filmes para subsistir.