Tegucigalpa- Andrés Celis, jefe de Oficina en Honduras de la Agencia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), dijo a Proceso Digital y Departamento 19 que ante el flujo de migrantes que se registra en el país la ayuda humanitaria se vuelve poca, a pesar de todos los esfuerzos que hacen las organizaciones internacionales y nacionales para apoyar a los migrantes, por lo que se busca fortalecer la ayuda humanitaria principalmente en los “cuellos de botella”.

-Recomendó que una de las salidas que se le puede dar a este flagelo es que los países de origen trabajen internamente para resolver la problemática.

-Por Honduras pasan 113 nacionalidades, pero salen del país 114 porque la migración va sumando.

Más de 368 mil migrantes

Reportes indican que 368 mil 207 personas migrantes irregulares de África, Asia, del Caribe, Centro y Suramérica transitaron por territorio hondureño, entre el 01 de enero y el  08 de octubre del 2023.

Se estima que 341 mil 516 personas,  que representan el 93%, ingresaron a territorio hondureño por la zona oriental del país, que incluye los municipios de  Trojes y Danlí.

En 281 días, del 2023,  transitaron por Honduras 165 mil 377 personas de nacionalidad venezolana, es decir, un promedio de 589 diarias.

A estos se suman, 53 mil 213 personas migrantes irregulares  procedentes de Cuba, 45 mil 366 de Haití, 36 mil 601 de Ecuador y 8 mil 286 de Colombia, que ingresaron a territorio hondureño en su paso por llegar, de manera irregular, a Estados Unidos.

Se estima que, por  Honduras, han transitado 203 mil 993 hombres, 92 mil 875 mujeres, 30 mil 881 niñas y 40 mil 458 niños procedentes de varios países del mundo.

(Leer) Mayor flujo de migrantes en Danlí y Ocotepeque, atiende la Cruz Roja

2020 COVID-19 y migración

Celis detalló que ante la ola de migrantes que ingresa a Honduras, lo primero que se hizo es estar en el lugar, en pandemia el ingreso era por la zona sur, posteriormente se fue incrementando por la zona oriental de Honduras.

“Nunca imaginamos que el impacto por las restricciones por el COVID-19 lo que iba a generar era un segundo movimiento de sudamericanos hacia el norte del continente y que además la situación de Haití también iba a generar complicaciones”, manifestó.

Agregó que lo primero es la presencia que desde el 2020 dieron en Choluteca y que después se pasó hacia El Paraíso, no era lo más funcional porque se quería tener una cobertura más amplia en la frontera.

Sostuvo que cuando se incrementa la situación hay una respuesta que va más allá del ACNUR y es una respuesta coordinada por muchos, unas 35 organizaciones trabajando en la zona, entonces el mecanismo de organización en el marco de la ayuda humanitaria  de las diferentes organizaciones y el ACNUR tomó un rol particular y era el de liderar la identificación de protección y asegurar una respuesta a los migrantes.

La acción del ACNUR va desde el monitoreo en la zona fronteriza la identificación de las personas, la asistencia particular, el mejoramiento de centros de albergue, alimentación, ayudas humanitarias básicas y la interacción con autoridades locales y nacionales, indicó.

Aseguró que la ACNUR no solo está en la frontera entre Honduras y Nicaragua, la presencia también está en Ocotepeque y Corinto donde se convierten en el punto de realidad de esta situación.

Ayuda humanitaria

Sostuvo que lo más visible y lo que ocupan los migrantes es la ayuda humanitaria ya que la gente viene de un recorrido y los albergues se vuelven necesarios porque la realidad es que están afectados, son 113 nacionalidades las que pasan por Honduras y a todos hay que ayudarles, pero recordemos que salen del país 114 y el problema después lo tiene Guatemala y México.

Indicó que venezolanos, cubanos, ecuatorianos, colombianos, haitianos son nacionalidades que se fueron acumulando en su paso.

Mientras que Nicaragua está arrancando hasta ahora ya que muchos se han ido erradicando en Costa Rica y México.

Sostuvo que a las personas les cuesta quedarse rezagadas, si tienen un problema de salud prefieren no evidenciarlo, no buscar atención para poder continuar en el ritmo, porque al hacerlo su tiempo de estadía en un lugar se alarga.

Recordó que en una de las visitas al sector oriental del país, uno de los migrantes entró en un shock en su salud que no había forma de manejarlo en la frontera y la angustia de las personas que iban con él y las que buscaban ayudarlo se dejaba notar.

Aseguró que la mayoría de migrantes que mueren en el camino es porque traen una enfermedad base y no lo saben y se exponen durante toda la trayectoria.

“El problema de la salud tiene doble lectura, la necesidad de las personas y poder identificar a las mismas cuando no quieren hablar, es muy difícil identificar a este tipo de personas por la concentración de migrantes”, señaló.

En promedio 500 migrantes ingresan a diario a Honduras por zona sur

No sabemos el número de desaparecidos

Detalló que un informe reciente de la OIM señalaba que el año pasado más de mil 500 personas se reportan desaparecidas y no creo que sea un dato real, ya que a esas mil 500 personas le sumamos las tres mil personas desaparecidas en la ruta del Mediterráneo, estaríamos hablando de más de cinco mil personas que al año fallecen buscando un sueño.

“Estas personas huyen de las desigualdades que hay tanto en estos países”, mencionó.

Hay otras necesidades que quedan invisibles, y son la niñez y la educación, qué hacemos con los niños si el principal problemas para los padres es seguir con la ruta, también hay necesidades vinculadas con la educación.

“No podemos cubrir adecuadamente lo que necesita un migrante, algunos quieren cubrir las necesidades en su paso por Honduras y piden asilo,  pero los problemas de seguridad asociados con organizaciones que de alguna manera vinculado al crimen organizado, los asaltos en la ruta, las personas nos narran lo que viven en el camino, su paso en el Darién mencionan asaltos y son las cosas que ellos relatan del camino”, manifestó.

Corregir desde los lugares de origen

La carga de migrantes que llega a los municipios donde están llegando se vuelve cada día mayor y esto trae riesgo en salud, manifestó.

Agregó que en el tratamiento de estos temas cuando se habla de grandes cantidades de migrantes, el consejo que se puede dar es corregir desde los lugares de origen para que la población no tome la decisión de abandonar sus hogares.

“Hay que trabajar en los lugares de origen y eso vincula la responsabilidad de trabajar el desplazamiento interno forzado, como resolver el problema ese flujo permanente de personas que se van acumulando en el camino”, manifestó.

Agregó que el paso de migrantes va dejando cuellos de botella en lugares donde no hay salida y esto se convierte en una emergencia humanitaria. IR