María Fernanda Castro López terminó sus estudios de la carrera de arquitectura en 2019. Fotografía cedida por María Fernanda a Proceso Digital.

Tegucigalpa – La menor de tres hermanos y con futuro prometedor en arquitectura, María Fernanda Castro López, es una hondureña que está varada en Chile y que recibió un diagnóstico médico con un tipo de cáncer. La catracha conversó con Proceso Digital y compartió su historia, misma que espera que un futuro próximo sea de triunfo y de superación.

-La hondureña decidió enfrentar el diagnóstico de la enfermedad en Santiago de Chile.

-Con la fe que va a superar la enfermedad, María Fernanda aspira regresar a Honduras y emprender proyectos para ayudar a los demás en iguales o similares condiciones a la suya.

Narró que terminó sus estudios de la carrera de arquitectura en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) en el año 2019 y posteriormente con el apoyo de su hermana Gabriela Castro decidió realizar su práctica profesional en Santiago de Chile, Chile.

De lado izquierdo se encuentra Gabriela Castro y de lado derecho María Fernanda, ambas hermanas hondureñas en Santiago de Chile. Fotografía cedida a Proceso Digital.

Sin embargo, al término de este requisito para graduarse y obtener su diploma su vuelo de regreso fue cancelado en dos ocasiones.

Entre esta franja de tiempo también fue diagnosticada con el  tipo de cáncer de linfoma no hodgkin difuso.

Hoy pese a que aún no supera esta enfermedad ya piensa en ayudar a los demás que reciban un diagnóstico similar a través de una fundación en Honduras.

Diagnóstico

Luego que su primer vuelo de regreso a Honduras fue cancelado el 15 de junio empezó a presentar dolores en el corazón, algo no muy común en una joven de 24 años de edad.

“Empecé a sentir dolor en el corazón y se me dormía el brazo, me asusté y le dije a mi hermana (Gabriela Castro) y me dijo vamos a cita con un médico general y veamos que podamos hacer, el médico me dijo que era costocondritis (Inflamación del cartílago que une la costilla al esternón)”, recordó la catracha desde Santiago de Chile.

María Fernanda posa junto a sus padres el día de defensa de su terna en el campus de la UNAH en Tegucigalpa. Fotografía cedida a Proceso Digital.

Relató que su segundo vuelo fue reprogramado un mes después y casualmente volvió a sentir el mismo dolor. Ahora asistió a un traumatólogo y este le recomendó medicamentos más fuertes para el dolor.

Por iniciativa propia se realizó una radiografía, en la misma su pulmón del lado del corazón aparecía en blanco.

Regresó con el médico general,  este con la radiografía confirmó la presencia de un tumor de 11.5 centímetros entre el corazón y su pulmón, fue diagnosticada con el tipo de cáncer de linfoma no hodgkin difuso, una enfermedad que afecta el sistema linfático. El sistema linfático está constituido por la linfa, los vasos linfáticos, ganglios linfáticos, bazo, amígdalas, timo y médula ósea.

“Balde de agua fría”

En sus palabras la noticia del diagnóstico de este tipo de cáncer llegó como un “balde de agua fría” ya que no existen antecedentes oncológicos en su familia.

“Yo venía de tránsito a Chile y no preví que me pudiera pasar algo así”, agregó al tiempo que señaló que la fuerza en su familia y la fe en Dios la mantienen fuerte.

Al estar en un país que no es el suyo y dónde su visa de residente temporal ya venció el principal reto fue acceder al sistema de salud, compartió.

María Fernanda es la menor de tres hermanos/ fotografía cedida a Proceso Digital.

Apoyo de la familia

Por primera vez en una entrevista, su hermana Gabriela Castro, quien se trasladó a Santiago de Chile desde hace cinco años, externó que ha sido una situación difícil para su familia y que de un momento a otro pasaron de la ilusión de la graduación a lidiar con el diagnóstico médico.

“Nos dieron el diagnóstico el 17 de agosto y ese día mi mamá nos escribió que iría por ella al aeropuerto y que por las medidas de circulación en Honduras solo iría ella”, apostilló.

Sin dejar de lado su pasión por la arquitectura esta hondureña aspira a replicar un modelo de ayuda a personas con cáncer implementado en Chile. Fotografía cedida a Proceso Digital.

Acto seguido, acotó que pensaron mucho antes de dar la noticia a sus padres en Honduras.

Sin embargo han platicado en familia y han tomado decisiones como que María Fernanda sea tratada en Chile.

“Ha sido difícil porque como estamos en medio de la pandemia en las clínicas no permiten entrar acompañados y yo quiero apoyar a mi hermana, no la voy a dejar sola. Me ha tocado escaparme de los guardias para acompañarla”, describió.

Estamos solas pero tenemos un batallón de ángeles y lo hemos visto con el cariño y apoyo que se ha movido para María Fernanda, añadió.

Ayudar a los demás

A raíz de su diagnóstico de cáncer, la catracha se contactó con un grupo de apoyo en Santiago de Chile y aunque todavía no supera la enfermedad adelantó que quiere replicar la iniciativa a su retorno a Honduras.

“Se me ha llenado el corazón al ver las respuestas que he obtenido y de toda la empatía y solidaridad especialmente en estos momentos tan difíciles para todos”, manifestó.

Pese a que aún no supera la enfermedad, la hondureña ya piensa en poder ayudar a los demás en iguales o similares condiciones. Fotografía cedida a Proceso Digital.

“El propósito es más grande que yo… estoy muy interesada en crear algo así a futuro y me siento tranquila y sé que esto va a pasar eventualmente y esta experiencia puede ser una tragedia pero también una gran bendición”, continuó.

Aunque no deja de lado sus proyectos en la carrera de arquitectura comentó que sueña con iniciar proyectos que puedan ayudar a más personas.

“Vamos a crear algo que nos ayude como hondureños porque esta lucha no la había tenido en mi familia pero ahora me doy cuenta que puedo ayudar a las demás personas”, zanjó.

Líneas de ayuda

Para iniciar este proceso de lucha contra este tipo de cáncer -dijo- debe someterse a varias quimioterapias valoradas en 23 mil dólares (575 mil lempiras).

Para quienes dispongan ayudar monetariamente a esta familia hondureña lo pueden hacer a la cuenta de BAC 742197421 a nombre de José Antonio Castro López. También se habilitó la cuenta 21-409-108310-1 de banco de Occidente a nombre de Daisy López Sauceda.

De igual manera pueden hacer donaciones desde cualquier país del mundo a través de Western Union y Money Gram al número  25292530-9.

Además existen las cuentas en redes sociales:

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