Denver (CO) – La ciudad de Denver anunció hoy a los inmigrantes recién llegados a Estados Unidos que “se agotaron los recursos” para ayudarlos, y que la vivienda es costosa y no hay opciones asequibles.

“Si usted viene a Denver en busca de alojamiento, es importante que tenga un plan. La Ciudad no puede brindar alojamiento a largo plazo”, expresa un volante en inglés y en español distribuido en varios puntos de la frontera de Texas con México y en las estaciones de autobuses en Denver a donde llegan inmigrantes enviados desde ese estado.

El volante agrega que “la vivienda en Denver es muy cara y no hay muchas opciones asequibles”.

El costo promedio de un apartamento de dos ambientes es de 1.750 dólares mensuales, según el Reporte Nacional de Apartment List.

El anuncio para disuadir a los inmigrantes que lleguen a la ciudad sin un plan para establecerse se dio casi un año después del inicio de la continua llegada a la capital de Colorado de nuevos inmigrantes desde la frontera con México.

Denver comenzó esta semana a disminuir la capacidad de los albergues para inmigrantes, con cientos de ellos abandonando las instalaciones municipales cada día. Además, quienes aún permanezcan en esos albergues tendrán mayores restricciones.

“No permitimos alimentos perecederos en las habitaciones, porque las habitaciones no tienen minirefrigeradores. Es una preocupación de salud y seguridad, y también tenemos que prevenir problemas de plagas”, dijo en un comunicado Jon Ewing, portavoz del Centro de Operaciones de Migrantes de Denver.

Según Ewing, quienes no cumplan con esas reglas, así como aquellos que participen en actos de violencia, serán desalojados inmediatamente.

En ese contexto, la municipalidad de Denver confirmó este viernes que el próximo lunes se cerrará el albergue ubicado en un hotel (ahora de uso municipal) ubicado en la zona norte de la ciudad. Otro edificio que antes funcionó como hotel, cerca del centro de Denver, podría dejar de alojar inmigrantes desde la semana próxima y solo quedarían cuatro albergues abiertos.

Además, durante las últimas 72 horas el Departamento de Policía de Denver desmanteló un “campamento de inmigrantes” que se había establecido en el centro de la ciudad y que ocupaba un parque completo, impidiendo el paso de transeúntes. El operativo se activó cuando los inmigrantes (la mayoría venezolanos) encendieron fogatas no autorizadas en el parque.

La situación llevó al alcalde Mike Johnston a viajar ayer jueves a Washington DC para solicitar ayuda federal para servicios a inmigrantes. Sin embargo, a su regreso el alcalde demócrata indicó que las gestiones que él y sus homólogos de Chicago, Los Ángeles y Houston realizaron con funcionarios de la Administración del presidente Joe Biden no llevaron a resultados concretos.

“(Denver) está gastando dos millones de dólares por semana para proporcionar recursos a las personas que llegan aquí desde la frontera sur, lo que agota los recursos públicos y el distrito escolar de la ciudad. Podríamos llegar a gastar hasta 100 millones el año próximo”, aseveró Johnston.

“Es imperativo que ayudemos a quienes buscan refugio, no solo brindándoles asilo y un lugar donde estar, sino también agilizando las autorizaciones de trabajo y coordinando con ciudades de todo el país”, expresó.