Washington – La economía de Estados Unidos moderó su crecimiento en el tercer trimestre de 2018, hasta el ritmo anual del 3,5 %, con una ralentización de las exportaciones compensada por un sólido gasto de los consumidores.
La cifra es ligeramente superior, no obstante, a las expectativas de los analistas, que calculaban una tasa de crecimiento del 3,4 % anual.
El Departamento de Comercio publicó así el primero de sus tres cálculos sobre la evolución del producto interior bruto (PIB) entre julio y septiembre en Estados Unidos.
La subida registrada supone una moderada desaceleración de la economía de EE.UU. respecto al trimestre anterior, que cerró con un crecimiento del 4,2 %, el mayor incremento trimestral del PIB desde 2014.
El gasto de los consumidores, que representa dos tercios de la actividad económica, creció sin embargo a un ritmo anual del 4 %, el mejor en casi cuatro años.
La baja tasa de desempleo del país, que cerró septiembre en el 3,7 %, el nivel más bajo desde 1969, sumada al buen nivel de la creación de empleos y al crecimiento paulatino de los salarios motivaron en gran parte el aumento del desembolso de los consumidores estadounidenses.
De hecho, pese a la contención del crecimiento respecto al trimestre anterior, los datos publicados hoy confirman la bonanza de la primera economía mundial en el tercer trimestre del año, después de registrar un ritmo anual de crecimiento en el primer trimestre del 2,5 % y del 4,2 % en el segundo.
Por ahora, los datos agregados no muestran el esperado impacto negativo de la agresiva agenda proteccionista comercial del presidente estadounidense, Donald Trump, que ha impuesto aranceles a gran parte de sus principales socios comerciales, entre ellos China y la Unión Europea (UE).
No obstante, las exportaciones de las empresas de EE.UU. sí sintieron las tensiones comerciales a nivel internacional, ya que bajaron hasta el 3,5 %.
Por su parte, las importaciones de bienes foráneos crecieron a un ritmo anual del 9,1 %.
Este primer cálculo del tercer trimestre acerca la promesa de Trump de llevar el crecimiento a una tasa anual del 3 %, impulsado por un enorme plan de estímulo fiscal aprobado en diciembre que incluye notables recortes de impuestos para las empresas y, en menor medida, a los trabajadores.
La sostenida mejora económica de EE.UU. ha llevado a la Reserva Federal (Fed) a elevar en tres ocasiones los tipos de interés en 2018, la última de ellas en septiembre, hasta dejarlos en el rango de entre el 2 % y 2,25 %.
Se espera que el banco central estadounidense vuelva a elevar los tipos por última vez este año en su reunión de diciembre, dado que los gobernadores regionales de la Fed han defendido repetidamente la necesidad de un incremento «gradual» del precio del dinero.
En su «Libro Beige», divulgado este jueves, en el que la Fed recoge información sobre la actividad económica reciente en el país, el organismo dirigido por Jerome Powell indicó que las presiones inflacionarias «no parecen excesivas» y aseveró que los precios continúan creciendo a un ritmo «entre modesto y moderado».
En su reciente asamblea anual, celebrada hace dos semanas en Nusa Dua (Indonesia), el Fondo Monetario Internacional (FMI) mantuvo las previsiones de crecimiento para la economía estadounidense en el 2,9 % para este año, aunque moderó el avance esperado para 2019 hasta el 2,5 % por el contexto comercial internacional.
«El crecimiento en EE.UU., alentado por un paquete fiscal procíclico, continúa a un ritmo robusto y está empujando las tasas de interés al alza», indicó Maurice Obstfeld, economista jefe del FMI al presentar el informe «Perspectivas Económicas Globales».