Bogotá – El aeropuerto El Dorado de Bogotá fue transformado en un inesperado hotel para viajeros que ahora disponen de 224 camas para descansar mientras esperan los vuelos, cada vez más escasos, para regresar de urgencia a sus países por la pandemia del coronavirus.

«Se instalaron zonas de descanso en las áreas públicas y salas de espera de la terminal, estos espacios cuentan con 224 camas portátiles que permanentemente son desinfectadas para que los pasajeros puedan descansar mientras resuelven su situación», manifestó este sábado Opain, empresa que administra el aeropuerto.

Para contener la expansión del COVID-21, del cual hay 196 casos en el país, el presidente colombiano, Iván Duque, anunció el jueves la suspensión por 30 días del ingreso de viajeros procedentes del exterior, incluidos colombianos, medida que empezará a regir a las cero horas del próximo lunes.

La premura por volver a sus países, sumada a la decisión de la mayoría de las aerolíneas de cancelar o reprogramar vuelos ha dejado en tierra a centenares de turistas extranjeros, a la espera de un milagro que les permita volver a casa.

TURISTAS DE DIVERSAS NACIONALIDADES

En esa situación se encuentran argentinos, chilenos, peruanos, venezolanos, suizos, franceses, gente de diversas nacionalidades que deambulan con sus mochilas a cuestas a la espera de soluciones.

A ellos Opain les brinda también, con la colaboración de los restaurantes del aeropuerto, alimentos y bebidas.

Antes de ingresar a las zonas de descanso, repartidas por los pasillos del aeropuerto, los turistas son «revisados por la Cruz Roja Colombiana» que les toma la temperatura y les hace unas preguntas sobre síntomas «para asegurar que ningún pasajero tenga riesgo de contagio».

De la multitud de viajeros, los turistas suizos serán repatriados en los próximos días, junto con otros que están en la misma situación en Lima, en vuelos chárter de la compañía Edelweiss, informó este sábado el Gobierno helvético.

Según la Cancillería colombiana, para este sábado estaba previsto un vuelo de Bogotá a Lima con el fin de repatriar a 195 peruanos y traer de vuelta a decenas de colombianos en la misma situación.

ARGENTINOS INDIGNADOS

En El Dorado seguía hoy un grupo de viajeros argentinos que protestaban con cánticos, silbidos y aplausos el hecho de no poder viajar a su país porque, según dicen, la compañía aérea Latam les incumple con los vuelos.

Así lo expresó a Efe Maximiliano Pérez, quien calificó de «odisea terrible» esta situación porque le han reprogramado siete veces el vuelo.

Pérez explicó que llegó el viernes a Bogotá procedente de Cartagena de Indias y le confirmaron su viaje para este sábado, pero «hoy me reprogramaron el vuelo para 48 horas después».

En igual sentido se manifestaron Darío Gubino, de Buenos Aires, y Mónica Riquelme, de Comodoro Rivadavia, en la provincia argentina de Chubut, quienes estaban en el Caribe colombiano de vacaciones y, pese a que llegaron hace días a El Dorado, no han podido viajar.

Gubino dijo que el aeropuerto es un foco de «infección impresionante y no sabemos cómo vamos a regresar a nuestros hogares».

Reclamaron que Latam no tiene un plan organizado para sus pasajeros, que no se respetan las listas de espera y que la estadía en Bogotá acarrea gastos de alojamiento y alimentación.

«Nos ha tocado pagar hotel, comida y nuestras familias están preocupadas por nosotros», aseguró la mujer, según la cual unas mil personas sufren el problema en Bogotá.

CUMPLEAÑOS FRUSTRADO

Igualmente estaba atrapada en El Dorado una familia venezolana que tres meses atrás compró los boletos de avión para celebrarle los seis años a su pequeño hijo en París, pero el COVID-19 echó por tierra esa ilusión.

«Nuestro vuelo era para París. Nos lo cancelaron por toda esta situación del virus», dijo a Efe la desconsolada madre, quien aclaró que viajaban vía México con la compañía Aeroméxico.

El padre del menor explicó que «hasta ayer (viernes) el vuelo estaba normal y hoy fue que se canceló» y no pudo cambiarlo.

Añadió que la aerolínea les fijó el nuevo vuelo para el 2 de mayo y «ahora estamos varados en Bogotá y no sabemos qué hacer porque la frontera con Venezuela está cerrada» y tampoco pueden volver. EFE