La gerente del Plan Nacional del Libro y la Lectura, María Fernanda Ampuero, habla durante una rueda de prensa en Quito (Ecuador). EFE/José Jácome

Quito – La Feria internacional del Libro de la capital ecuatoriana (FIL) centrará su edición de este año en la migración y la ecología, y reunirá a decenas de escritores locales y extranjeros bajo el lema «Asómate y asómbrate».

La XII Feria tendrá lugar del 13 al 17 de noviembre en el Centro de Convenciones Metropolitano de Quito, ubicado en el Parque Bicentenario, donde antes funcionaba el aeropuerto de Quito.

Un lugar emblemático a principios de los 2000 en Ecuador pues desde ese aeropuerto partieron miles de ecuatorianos en busca de mejores condiciones de vida, en momentos en que el país atravesaba por una de las peores crisis financieras de su historia.

Entre los participantes en la Feria figura el venezolano Rodrigo Blanco pues «es importante que en nuestro país se discuta la diáspora», comentó este lunes en rueda de prensa la gerente del Plan Nacional del Libro y la Lectura, María Fernanda Ampuero.

En los últimos dos años han pasado por Ecuador más de un millón de emigrantes venezolanos, de los que unos 400.000 se han radicado en el país, mientras que el resto siguieron su camino a Perú o Chile.

Ampuero recordó las lágrimas en el aeropuerto de Quito de los familiares de quienes emigraban hace dos décadas y señaló que «veinte años después, estamos recibiendo a esos hijos e hijas de otros padres de otra nación».

«Una feria de libro -dijo- tiene que ser también un lugar en que se hagan las preguntas claves que se necesita hacer en los países: ¿Qué estamos haciendo con la emigración que estamos recibiendo?».

Escritora y una de los miles de ecuatorianos que migraron a España hace algunos años, Ampuero consideró que lo importante es «dejar que la gente cuente su historia, cosa que normalmente no hacemos. Creemos que sabemos lo que el emigrante quiere».

«Es necesario que nuestra Feria sea un lugar donde los ecuatorianos escuchen por qué los venezolanos dejaron su tierra, porque lo más doloroso de estas emigraciones no es querer irse, es no poder quedarse», subrayó.

Otra de las preguntas claves que guían la Feria -señaló- es ¿qué estamos haciendo con la naturaleza?» y por eso integrantes de los pueblos amazónicos explicarán en el encuentro las consecuencias de la desaparición del «pulmón del planeta».

Aunque se prevé la participación de varios escritores internacionales, como la argentina Samatha Schweblin, cuyas obras se han traducido a más de veinticinco lenguas, este año la Feria de Quito pondrá el acento en la producción local.

La Feria va a ser «la casa de los lectores ecuatorianos pero también de sus escritores», recalcó Ampuero.

«Siempre me pareció especialmente doloroso que se gastaran miles y miles de dólares en traer a extranjeros cuando en nuestro país hay unas letras privilegiadas que están afuera (extranjero) y que no se invitaron en las ferias anteriores», reclamó.

Entre los ecuatorianos que participarán figuran Mónica Ojeda, Carla Badillo, Lupe Rumazo, Sabrina Duque, Solanda Rodríguez, Jorge Martillo, Diego Falconí, Mauro Javier Cárdenas, Abdón Ubidia, Alicia Ortega, entre otros.

Ampuero destacó que en la feria habrá un lugar especial para los niños en el pabellón «La isla encantada», que se centra en la temática de la ecología y el cuidado ambiental.

Inspirado en la obra de la británica Virginia Woolf, la zona juvenil denominada «Una habitación propia» se dedicará a las nuevas formas de acercamiento a la lectura.

En esa línea, se realizará el I encuentro de booktubers Ecuador con la presencia del español Sebastián García Mouret.

El ministro de Cultura y Patrimonio, Juan Fernando Velasco, señaló que la Feria será «emocionante, colorida, inclusiva, que trae felicidad, que tiene las características de lo que María Fernanda (Ampuero) le imprime, no solo porque es una extraordinaria escritora» sino porque es una apasionada de Ecuador.

«Es una Feria que está centrada en lo ecuatoriano», subrayó el ministro que apunta que esto marca un antes y un después respecto al reconocimiento a la capacidad de los ecuatorianos.