Ciudad de México  El periodista mexicano Jaime Barrera, quien fue privado de su libertad el lunes y liberado la madrugada de este miércoles por sujetos armados en Guadalajara (oeste de México), aseguró que el hecho no fue un secuestro sino “una especie de advertencia” por su trabajo.

“No fue secuestro porque no pidieron rescate, fue una especie de advertencia de lo que yo escribo, de lo que yo digo, creo que viene por ahí”, señaló el comunicador, uno de los más conocidos del estado de Jalisco, en una entrevista con el periodista Ciro Gómez Leyva, en Radio Fórmula.

Barrera narró que el lunes por la tarde fue “levantado” por sujetos armados cuando salía de la radiodifusora en la que trabaja, quienes lo obligaron a bajar de su vehículo y lo subieron a una camioneta en la que se lo llevaron “con toda facilidad” a plena luz del día.

En total, dijo, fueron cinco sujetos armados los que lo forzaron antes de que pudiera siquiera encender su vehículo.

“De repente llegan cinco encañonándote a tu coche y tú ahí debes decidir si subes o te quedas ahí, pase lo que pase”, dijo en una entrevista con la periodista Azucena Uresti.

Señaló que nunca pudo ver hacia dónde lo llevaban pues le vendaron los ojos y le ataron las manos, además de que la mayor parte del tiempo lo mantuvieron hincado.

“Me dijeron que si no cumplía cosas o no le bajaba ya sabían dónde vivo, quiénes son mis hijos o dónde me muevo, en fin es algo que se tiene que decir y que seguramente no les está gustando, pero hay que decirlo y hay que exigir más protección y estar más cuidado en este proceso electoral que viene. En 34 años no me ha sucedido eso”, expresó.

Aunque reconoció que no lo maltrataron físicamente, al final sólo le dieron unos tablazos (golpes) “pero en realidad no tengo nada más de qué quejarme”.

El periodista relató que sus captores lo abandonaron con las manos esposadas en el municipio de Magdalena, casi 80 kilómetros al noroeste de Guadalajara, en donde buscó ayuda y se acercó a una tienda desde donde pudo hablarles a su familia y a las autoridades, quienes llegaron a resguardarlo.

Finalmente, dijo que su intención es regresar el próximo lunes a trabajar y que pedirá que el Gobierno mexicano le incluya en el protocolo de actuación para la protección de periodistas.

“Voy a apelar al protocolo de defensa de periodistas, no me queda de otra, lo había evitado por todos los medios en otros incidentes menores, pero ya hoy ya que te lleven son cosas mayores”, enfatizó.

Su caso despertó la atención de organizaciones como la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Artículo 19, el Comité de Protección para Periodistas (CPJ, en inglés) y la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH).

El hecho ocurre mientras asociaciones como Reporteros Sin Fronteras (RSF) han advertido que México es el país sin guerra más peligroso para los periodistas, con al menos cinco asesinados en relación a su labor en 2023, según Artículo 19.