La portavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus, dijo el martes que el Gobierno ha repatriado a más de 9.000 estadounidenses de 28 países en medio de la pandemia del COVID-19. EFE/ Lenin Nolly

Washington – El gobierno del presidente Donald Trump, como parte de sus esfuerzos durante la epidemia de coronavirus, ha repatriado a 209 ciudadanos estadounidenses en dos vuelos de aviones usados para deportar a migrantes a Honduras y El Salvador, informó hoy la agencia de Inmigración y Aduanas (ICE, en inglés).

El 22 de marzo «ICE sacó del país a ciudadanos hondureños con órdenes finales de deportación desde Estados Unidos» y el 24 de marzo hizo lo mismo con ciudadanos salvadoreños, indicó un comunicado de la agencia.

En los vuelos de retorno a Estados Unidos, y en cooperación con el Departamento de Estado, ICE facilitó el traslado de ciudadanos estadounidenses, añadió la agencia.

«ICE continuará cooperando con el Departamento de estado para facilitar el retorno seguro de ciudadanos estadounidenses en futuros vuelos que regresen de Guatemala, Honduras y El Salvador mientras dure la pandemia de COVID-19», señaló el comunicado.

La agencia informó de que estas operaciones para la repatriación de estadounidenses que estén en el exterior del país podrían «ampliarse a otros países afuera del Triángulo Norte», la región de América Central que comprende a Honduras, El Salvador y Guatemala.

La portavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus, dijo el martes que el Gobierno ha repatriado a más de 9.000 estadounidenses de 28 países en medio de la pandemia del COVID-19.

Al menos 174 países han cerrado sus fronteras o han restringido los viajes en esfuerzos para contener la propagación de la pandemia, y esto ha dejado a miles de estadounidenses sin transporte desde otras naciones.

El martes, una fuente del Departamento de Estado indicó que el Gobierno había enviado un funcionario de alta jerarquía a Perú para apoyar los esfuerzos de repatriación en la región después que dos vuelos, planificados para repatriar a cientos de viajeros, fuesen demorados.

El Departamento de Estado, añadió Ortagus, «jamás antes había emprendido una operación de repatriación de esta magnitud geográfica, escala y complejidad».