Tegucigalpa – Un llamado a la vida con la resurrección de Jesús, hizo hoy el cardenal Óscar Andrés Rodríguez a los hondureños en la misa de Domingo de Resurrección.

– “Vivir la resurrección de Cristo significa amar incluso a los que nos odian, a los que nos insultan, el que no ama sigue en un sepulcro y tristemente no puede celebrar la pascua”, manifestó.

“Honduras debe de pasar de la muerte a la vida, tiene que pasar de esa cultura de irrespeto a la vida, el que mata con la violencia, con la lengua, con noticias falsas, con la mentira, con la corrupción, la resurrección de Cristo es un llamado a la vida, al amor”, dijo el alto jerarca de la Iglesia Católica.

Agregó que no basta con decir que Cristo ha Resucitado, ahora nos invita a que participemos de su resurrección.

La resurrección de Cristo es un sí a la vida, es un sí a nuestra vida, tenemos derecho a esperar un mundo nuevo, de amor, donde brille la justicia, sostuvo.

Indicó que la vida nueva que brota del sepulcro se llama amor, “vivir la resurrección de Cristo significa amar incluso a los que nos odian, a los que nos insultan, el que no ama sigue en un sepulcro y tristemente no puede celebrar la Pascua”.

En ese sentido, hizo un llamado a la reflexión y dijo que “Honduras debe de pasar del sepulcro a la vida, no podemos permanecer ni buscar a Jesús donde no está, dejen de matar, dejen de matarse entre ustedes, Cristo Resucito”.

Agregó que Cristo nos invita a luchar por la vida, por la injusticia, que triste que nuestro país haya quedado en manos de violentos, de extorsionadores.

“Esas señoras que dicen sacrílegamente este cuerpo es mío y hago con mi cuerpo lo que me da la gana, es volver a matar a Cristo, el aborto es matar a un ser vivo, después viene la eutanasia y se querrán deshacer de los ancianos”, arguyó.

Recriminó por los incendios forestales porque también se está matando la vida, las fuentes de agua, debemos de luchar por la naturaleza.

“No podemos seguir en la indiferencia, estamos llamados a construir la paz, con la resurrección de Cristo hoy nadie estará solo ni perdido en esta tierra, que el sol de Cristo Resucitado nunca se ponga en nuestras vidas, es por eso que no podemos apagar el fuego vivo que dejó tu paso”, concluyó.

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