Tegucigalpa – Judith García es una joven concejal que ocupa la vicepresidencia del Consejo en la alcaldía de Chelsea, Massachusetts. Ella tiene raíces hondureñas, está llena de aspiraciones, transpira sueños y un profundo compromiso con la comunidad migrante que en gran parte habita en su ciudad, considerada santuario para los inmigrantes que la habitan, por lo menos la mitad de ellos son de origen centroamericano.
Es hija de una olanchana que en los años 80´s llegó a Nueva Inglaterra buscando las oportunidades que no encontró en su natal Juticalpa. Fue así como su única hija, de nombre Judith, nació en Cambridge. Fue por ella por quien trabajó y veló hasta impulsarla a ser la primera universitaria de la familia, graduada con honores.
Así Judith García, con armas para enfrentar la vida y con una conciencia social forjada de la realidad misma en su entorno, incursionó en la vida pública hasta ocupar una posición de elección desde la que puede servir a la ciudadanía y a los migrantes. Una carrera que inició a los 23 años y que mantiene con devoción por sus deberes.
Esta jovencita formada en la universidad con grado de planificadora urbana ha introducido en su comunidad cambios que se reflejan en el bienestar ciudadano. Ella también ha representado a los Estados Unidos en foros internacionales de primer nivel.
Al par, su trabajo con líderes migrantes ha sido amplio, con la comunidad hondureña, así como con el Consulado de Honduras en Boston sus vínculos son cercanos.
Al conversar sobre sus logros y proyecciones en materia de equidad e inclusión de las minorías, los jóvenes y los inmigrantes, ella refleja su pasión por el servicio.
Judith García conversó ampliamente con Proceso Digital y el diálogo se desarrolló así:
PD – ¿Que nos puedes decir de tus raíces hondureñas?
Judith García (JG) – Me siento muy orgullosa de mis raíces hondureñas, nací aquí en Massachusetts, nací en una ciudad que se llama Cambridge, pero fui criada toda mi vida en Chelsea, que es la ciudad donde actualmente funcionó como concejal y vicepresidenta del concejo.
Fui criada por una madre soltera que decidió emigrar a esta ciudad a finales de los 80 y principios de los 90.
PD – ¿De qué lugar específico de Honduras llegó tu madre? ¿Cómo fue ese proceso de buscar ese nuevo destino?
JG – Mi mamá era una joven ilusionada de buscar ese sueño americano, esa tierra de oportunidades donde pudiera crecer económicamente, establecerse como mujer y decidió tomar esa decisión como la tomaron muchos inmigrantes, dejar sus hogares y familiares atrás para embarcarse en una nueva trayectoria, y eso fue lo que hizo ella.
Me dijo que fue cuando tenía sus 20 años cuando decidió a buscar su estabilidad, encontrar un trabajo y así sucedió.
Ella es originaria de Olancho, vino aquí (Massachusetts) en una época en la que no había muchos latinos, una época muy difícil para ella porque si había inmigrantes, pero de otros países, pero no latinoamericanos.
PD – ¿Cómo continuó su vida en EE. UU.?
JG – Mi mamá empezó muy humildemente, empezó en una fábrica de salchichas y hasta el día de hoy sigue trabajando allí. Es una mujer muy emprendedora, lleva más de 30 años trabajando en el mismo lugar. Ella me ha enseñado muchísimo de la ética de la dirigencia, dedicación al trabajo y para mí se me hace un orgullo ser criada por una madre soltera.
Se enfocó muchísimo en trabajar arduamente en un trabajo humilde, pero pudo proveer muchísimo, me dio una excelente crianza y estoy muy orgullosa de decir que gracias a la educación que ella me dio en el hogar no solo sé hablar español, también pude embarcarme en una oportunidad universitaria donde me convertí en la primera persona de mi familia de asistir y graduarme en licenciatura de planeación urbana y regional.
Estuve en una universidad privada acá, se lo agradezco y se lo debo muchísimo al esfuerzo de mi mamá, como muchos jóvenes como yo que logran tener un futuro brillante gracias al esfuerzo de sus madres.
PD – ¿Cómo es tu incursión en el campo político hasta llegar a ser concejal?
JG – Chelsea históricamente ha sido una comunidad inmigrante y ha tenido muchos retos, aunque es una ciudad de Estados Unidos, siempre tuvo sus retos económicos, políticos, y en la época que yo estaba creciendo había mucha inestabilidad política en la ciudad.
Crecí en un sistema escolar muy pobre, eso me impactó mucho y carecíamos de cosas básicas, de accesos a parques, los jóvenes no podíamos ir a jugar a los parques porque había pandillas, transacción de venta de drogas y tenía prohibido visitar estos parques.
Por eso decidí estudiar planeación urbana porque pensé que mi propósito era regresar a mi comunidad a cambiar ese punto de vista urbano: darles oportunidad a los pobres.
Me gradué y cuando regresé a la ciudad me di cuenta de que el Concejo en 2015 no representaba a nuestra población, el Concejo era predominantemente anglosajón, no había latinos en una ciudad donde el más 70 % de la población es latina.
No estaban presentes la voz de los latinos, la voz de las mujeres y tampoco estaba presente la voz de los jóvenes millennials; vi eso como una oportunidad y una señal de que tal vez necesitábamos esa representación, porque si no cambiaban estas mesas de poder, realmente nunca íbamos a progresar.
Por eso fue por lo que esa semilla que se me plantó en mi mente, para tomar esa decisión de postularme a mis 23 años en la política.
No quise consultarlo a mi mamá porque si se lo consulto me diría que no era buena idea. Me tardé como dos meses en decirle, no le consulté, solamente le informé la decisión de lanzarme a este cargo.
Me estaba postulando contra el intendente que había estado en el poder por 12 años y la posibilidad de que una joven latina le ganara a este señor era mínima.
Me convertí en la primera mujer de descendencia hondureña en ganarme ese cargo.
Soy consciente que no lo logré sola, lo logré con el apoyo de la comunidad, el apoyo de todas las personas que salieron a votar, que creyeron en mí y todos esos voluntarios que se dedicaron en creer en mi visión.
Han pasado seis años y es un orgullo ver cómo ha crecido esta ciudad por el mérito de los concejales que me acompañan.
PD – ¿Cuáles son las cosas en la que has trabajado por la comunidad?
JG – Yo represento a lo que decimos “el downtown” (el centro de la ciudad), que es la avenida principal donde tenemos muchísimos negocios y una de mis metas grandes fue asegurarme de invertir en el centro de Chelsea, una de las iniciativas que lideré y cumplimos fue invertir cinco millones de dólares para mejorar las calles, el tráfico, calles seguras para los peatones, el transporte público creando dos carriles para el bus y reducir el tráfico y la hora de llegada a los centros de trabajos.
También un paquete de 14 mil dólares para que los anunciantes cambiaran sus rótulos es dinero que no tiene que regresar a la ciudad, con la intención de que los negocios se queden aquí en Chelsea.
Queremos crear una comunidad que no solo les abra las puertas a los inmigrantes, sino que también los protegemos.
Nos hemos comprometido muchísimo en mantener las ciudades santuarios, desafortunadamente, el gobierno de Trump no estaba de acuerdo con estas medidas.
Hemos logrado en cuestión de eliminar el robo de salarios, una de las primeras cosas, evitar que les roben los salarios a las personas que vienen a vivir.
Durante la pandemia, hemos logrado tener un gobierno que entienda las necesidades de la comunidad, hemos creado apoyo para nuestros residentes y nos hemos enfocado muchísimo en eso, no solo nos aseguramos de proveer comidas, porque la mayor parte de los residentes son considerados trabajadores esenciales.
Hay personas que son indocumentadas que perdieron sus ingresos, los concejales nos enfocamos en proveer comida para estos residentes y asistencia de rentas, dinero para los dueños de casas que ocupan ayuda.
PD – ¿Has representado a Estados Unidos en eventos de jóvenes en el campo internacional?
JG – Mi primera misión diplomática fue en Taiwán donde fui elegida con líderes de otros partidos políticos para establecer mejores relaciones diplomáticas.
Fue lindo llevar en mí la representación hondureña, sé que Honduras y Taiwán tienen una muy buena relación.
Mi segunda misión diplomática fue en Bruselas (Bélgica) donde tuve la oportunidad de acompañar al senador John McCain en la conferencia del “Foro de Bruselas”, donde se reúnen presidentes y personas de alto rango, y fue un gran honor porque fui la única latina en esta delegación.
Hablamos de temas del cambio climático, problemas ambientales, desarrollo económico, mejorar el estado de las ciudades locales y el rol que juegan, la inmigración.
El último viaje diplomático fue en Rusia donde también fui la única latina en la delegación representando a los Estado Unidos, tuve la oportunidad de conocer personas de altos rangos, excandidatos presidenciales y tuvimos la oportunidad de conocer al actual embajador de Rusia en EEUU, por primera vez se abrió la casa de Rusia a Estados Unidos.
PD – ¿Has trabajado con el ex congresista John Kennedy?
JG – Es un gran amigo y ha sido un gran aliado, ha hecho muchos esfuerzos de respuesta contra la pandemia en Chelsea, él decidió postularse el año pasado para un cargo de senador y me dijo que fuera parte de su equipo, en el que fui una de sus consejeras de comunicaciones en la comunidad latina.
Al final no ganó el cargo, pero fue una victoria porque ganó ese voto latino con el que él siente empatía.
PD – Cuando piensa en la inmigración ¿Cuál es tu sentimiento y tu campo de acción?
JG – Aquí presenciamos constantemente la decisión de muchos hondureños de venir a los Estados Unidos, mi mamá en su momento la tomó, yo lo entiendo mucho y soy del sentir que las personas que toman esta decisión de venir a ser de los Estados Unidos un hogar por necesidad y por deseo de tener un mejor hogar, para mí, mi deber y mi compromiso es decirles bienvenido, estamos con las manos abiertas para no solo ofrecerle un hogar.
Cuando mi mamá llegó no había accesos, pero si ahora que decidan venir acá para que Chelsea sea su hogar y darles un poco de lo que tenemos que ofrecer.
PD- ¿Cómo ves el futuro de la reforma migratoria?
JG – Lo veo prometedor, Biden ha venido anunciando esta propuesta que tiene y se ve prometedora por las personas que sueñan con legalizarse, los jóvenes que vinieron en contra de su voluntad, pero acostumbraron su vida acá. Qué bello es ver que nos estamos moviendo en la dirección correcta y que todo pueda cumplirse de la manera que el presidente Biden ha prometido.
A nivel local es continuar protegiendo a los indocumentados mientras se agilizan a nivel federal, sabemos que estas charlas se dan, pero no siempre se cumplen.
Independiente de las charlas que sucedan a nivel federal, aquí en Chelsea vamos a seguir firmes, espero tener el apoyo de mis colegas.
La ciudad de Chelsea es la tercera ciudad con la mayor densidad en todo el estado, es una ciudad pequeña.
PD – ¿Cuáles son tus vínculos con la comunidad hondureña?
JG – Tenemos a líderes hondureños en nuestra comunidad que no tienen un cargo político, pero son caritativos, se dedican a hacer el bien como Margarita Franco, el Comité Hondureños Unidos de Massachusetts, con el que me he asociado mucho, especialmente, ahora que pasó estas catástrofes.
El comité me pidió mi ayuda y como hondureña, que mejor que ayudar a nuestra gente e hicimos un grupo entre comités hondureños y el Consulado local (Boston), muchos se unieron para donar comida, productos de bioseguridad para enviar allá y los enviaron.(PD)
