Tegucigalpa – Hablar de “Los Cachiros”, es referirse a una de las mayores organizaciones criminales en el mundo del narcotráfico en Honduras. Hoy miembros de esta estructura del hampa, especialmente su cabeza principal Leonel Rivera Maradiaga, es de las importantes delatoras en los juicios por narcotráfico y crimen organizado en Nueva York.

Esta organización criminal, integrada por miembros de la familia Rivera Maradiaga, que residían y operaban en los departamentos de Olancho y Colón y parte del atlántico hondureño, desarrollaron en Honduras una red criminal de narcotráfico que les vinculó al poder en diversas esferas.

La zona donde operaban Los Cachiros sigue siendo una de las principales rutas del narcotráfico desde Sudamérica con destino final a Estado Unidos.  

Con el tiempo, los miembros de la familia pasaron de ser ladrones de ganado y protagonistas de delitos comunes en estos departamentos, a ser actores importantes en el comercio de la droga.

Los cabecillas de Los Cachiros fueron Devis Leonel y Javier Rivera Maradiaga.

Los cabecillas de este clan -los hermanos Devis Leonel y Javier Rivera Maradiaga- montaron y amasaron grandes fortunas con el transporte de la droga del sur hacia el norte del continente.

Los otros miembros de la familia son: Santos Isidro Rivera Cardona (padre, murió en EEUU), Esperanza Caridad Maradiaga López (madre), Maira Lizeth Rivera Maradiaga (hermana) y Santos Isidro Rivera Maradiaga (hermano), radican en el norte del continente, bajo el estatus de protección.

El poderío de Los Cachiros fue tan grande que llegaron a penetrar las más altas esferas del poder político del país, aportando dinero en las campañas presidenciales, para alcaldes y diputados, incluso influenciando en los entes encargados de brindar seguridad, de acuerdo a los testigos presentados en juicios contra barones de la droga que se desarrollan en cortes estadounidenses.

El gobierno de Estados Unidos, a través de la DEA, negoció con ellos su entrega, además que les utilizó como figuras encubiertas para penetrar en las élites hondureñas involucradas en el narcotráfico.

Los Cachiros coordinaban el movimiento de drogas que llegaban desde Sudamérica, por diferentes rutas, hacia Estados Unidos, usando especialmente a Honduras y Guatemala. Colombianos y mexicanos fueron sus socios en sus negocios ilícitos, especialmente en poderoso cártel de Sinaloa.

Historia

Los hermanos Rivera Maradiaga comenzaron a incursionar en el mundo criminal con el robo y reventa de ganado en Olancho y Colón.

Hacia finales de la década de los 90 y los inicios del nuevo siglo, Los Cachiros fueron expandiendo sus propiedades con estos actos ilícitos relacionados con el ganado y se involucraron con la figura del hampa más importante de la región, Jorge Aníbal Echeverría Ramos, alias “El Coque”.

Los Cachiros procedían del departamento de Colón, zona que duraron por una década y lo convirtieron como una de las rutas de narcotráfico en Honduras.

El Coque» era un traficante que lideraba una organización dedicada al tráfico, robo y contrabando. Este personaje tenía aliados poderosos que le ayudaron a crecer para convertirse en una fuerza formidable.

Se conoce que la relación entre “El Coque” y Los Cachiros se fracturó, debido a que el primero asesinó al menor de los hermanos, Osmán Isidro Rivera Maradiaga, el 22 de marzo del 2003 en el restaurante Los Talibanes, en el barrio Las Flores de Tocoa.

Esto provocó la ruptura de las dos organizaciones. Los Cachiros respondieron el 19 de octubre del 2003, cuando atentaron contra la vida de “El Coque” en la colonia Trejo en la ciudad de San Pedro Sula, disparando contra el vehículo en el que se transportaba.

Este atentado causó que “El Coque” huyera hacia Cuba, luego se movilizó hacia Costa Rica, donde hubo un segundo ataque, pero resultó ileso.

Echeverría Ramos viajó hacia Panamá, donde la fortuna no lo acompañó tras ser capturado y extraditado hacia Honduras, donde fue recluido en la Penitenciaría Nacional de Támara.

Un día, “El Coque” fue trasladado al área de enfermería de la prisión para recibir atención médica, sin embargo, uno de los reclusos le disparó mientras estaba acostado en la cama.

No contentos con la muerte de éste, Los Cachiros mandaron a matar a todos los asociados con del “Coque” e incluso, hasta familiares.

“El Coque” se convirtió en una de las primeras víctimas, reconocidas por el clan de Los Cachiros.

Penetración en la política

Luego de la muerte de “El Coque”, Los Cachiros asumieron el control del negocio de la zona, sin tener un contrincante y Javier Rivera dirigiría las operaciones. Comenzando con el envío desde Gracias a Dios hasta el occidente del país y más allá hasta Guatemala, donde entregaban la mercancía a compradores mexicanos o a sus contrapartes guatemaltecas.

Tal vez las circunstancias se dieron o había un plan preparado para implicarse en el escenario político del país, al final, la estructura criminal logró codearse con estos personajes.

Señalamiento de EEUU

La primera acción del gobierno de Estados Unidos contra Los Cachiros fue en mayo de 2013, cuando el entonces presidente Barack Obama (2008-2016), los identificó como un importante grupo extranjero de tráfico de narcóticos conforme a la Ley de Designación de Cabecillas Extranjeros del Narcotráfico, mejor conocida como “Ley Kingpin”.

La función de esta ley es prohibirles a los ciudadanos estadounidenses a participar en transacciones con los individuos designados y ordena la congelación de cualquier activo que ellos puedan tener bajo jurisdicción de EEUU, es decir, una muerte financiera.

El señalamiento que hizo el gobierno de Estados Unidos a Los Cachiros de ser una estructura dedicado al narcotráfico.

El 19 de septiembre de 2013, el Departamento del Tesoro incluyó al cártel de Los Cachiros en la lista de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés).

EEUU designó a siete individuos, todo el clan familiar más el ciudadano nicaragüense Bismarck Antonio Lira Jirón, quien lideraba una célula en su país.

También designó a cinco empresas, que estaban siendo utilizadas por el grupo para continuar las actividades de tráfico de droga de la organización y blanquear ganancias ilícitas.

Estas empresas eran Ganaderos Agricultores del Norte, S. de R.L. de C.V; Palma del Bajo Aguán, S.A.; Minera Mi Esperanza, S.A.; Inmobiliaria Rivera Maradiaga, S.A. de C.V; e Inversiones Turísticas Joya Grande, S.A. de C.V.

Desde que los Cachiros se entregaron a las autoridades estadounidenses, en Honduras se les ha estado decomisando bienes.

“Los Cachiros son una organización violenta de tráfico de drogas en Honduras cuyos miembros reinvierten las ganancias de la droga ilícita en empresas y propiedades con el fin de ganar legitimidad pública y lavar su riqueza ilícita”, fue la cita que utilizó el Departamento del Tesoro de EEUU.

Entrega a EEUU

En enero del 2015 los hermanos Rivera Maradiaga se entregaron a las autoridades estadounidenses, con el que negociaron un acuerdo de colaboración.

Devis Leonel Rivera Maradiaga, fue el encargado de negociar con las autoridades estadounidenses sobre la entrega.

Devis Leonel Rivera Maradiaga ha sido testigo en juicios de importantes figuras de la política hondureña como Yani Rosenthal (actual presidente del Partido Liberal), Fabio Lobo (hijo del expresidente Porfirio Lobo Sosa), Juan Antonio Hernández (exdiputado y hermano del expresidente Juan Orlando Hernández), todos fueron sentenciados.

La Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York ya notificó que presentará nuevamente a Devis Leonel Rivera Maradiaga como testigo en el juicio contra el expresidente Hernández, previsto a iniciarse el próximo 12 de febrero.

Se espera que Devis Leonel Rivera testifique en el juicio del expresidente Hernández, así como lo ha hecho en los otros juicios de personajes que han sido juzgados en Nueva York.

A cambio de la colaboración de información y ser testigo de en juicios en Nueva York, el clan Rivera Maradiaga ha sido beneficiado porque han sido protegidos en EEUU, no han recibido largas condenas, en comparación con otros capos hondureños.

Incluso, el patriarca del clan, Santos Isidro Rivera Cardona, falleció el 2 de marzo de 2018 en la ciudad de Miami en Estados Unidos, producto de diabetis. Sus restos mortales fueron trasladados a Honduras en donde se le dio sepultura en medio de una notoria pompa fúnebre.

Durante una de las audiencias de Fabio Lobo, Devis Leonel confesó los asesinatos de 78 personas e igualmente dijo que mantenía relaciones con figuras políticas con las que colaboró y a las que benefició con sus operaciones criminales.

Los 78 asesinatos

Devis Leonel Rivera Maradiaga confesó en la Corte del Distrito Sur de Nueva York que 78 muertes se le pueden atribuir a su persona.

Una de sus primeras víctimas fue su antiguo colaborador y narcotraficante Jorge Aníbal Echeverría Ramos, alias “El Coque”, sus familiares y socios, incluso su hermana fue asesinada en Canadá.

Otra de las víctimas reconocidas es el zar antidrogas Julián Arístides González, quien fue asesinado el 8 de diciembre de 2019 en la ciudad de Tegucigalpa, capital hondureña.

Alfredo Landaverde (exdirector de la DLCN), el zar antidrogas Julián Arístides González y el periodista Aníbal Barrow se encuentra entre las 78 víctimas de los Cachiros.

Devis Leonel Rivera Maradiaga reveló que el asesinato del extinto director de la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico (DLCN) se determinó en una junta de capos.

La lista de víctimas también incluye al experto en seguridad ciudadana y el exdirector de la DLCN, Alfredo Landaverde, quien fue asesinado un 7 de diciembre de 2011 en la capital hondureña.

Igualmente, están los nombres de los excongresistas Juan Ramón Salgado y el periodista Aníbal Barrow.

Testimonios

Como se dijo anteriormente, Devis Leonel Rivera Maradiaga ha sido el miembro del clan en testificar y revelar nombres de grandes personajes del país a quienes sobornó.

Reveló que el excongresista Juan Antonio Hernández, mejor conocido como Tony Hernández, hermano del expresidente Juan Orlando Hernández (2014-2022) recibió 50 mil dólares en soborno a cambio de que el gobierno le pagara una deuda a una compañía utilizada por el cártel de la droga para blanquear dinero.

También confesó que el excomandante regional de la desaparecida Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC), Carlos Valladares, protegió el tráfico de drogas que realizaban Los Cachiros.

Incluso, Carlos Valladares se encargó de eliminar a rivales de esta organización criminal y reclutó a agentes policiales para facilitar la logística y seguridad de los transportes de droga.

Igualmente, testificó que, durante el período del año 2009 al 2013, el gobierno le asistió en sus operaciones de narcotráfico proveyendo inteligencia policial, información de radar, y asignación de militares para brindar seguridad.

En sus testimonios el jefe de Los Cachiros involucra a importantes personajes públicos de Honduras, algunos de ellos que ya enfrentan juicios en Nueva York, mientras que otros actualmente se mantienen en cargos públicos, pero que se prevé podrían ser objeto de extradición en cualquier momento.

Así Los Cachiros pasaron de ser, quizás la mayor organización criminal en el trasiego de la droga por Honduras, a delatores de personajes del hampa, políticos y autoridades hondureñas. Aún no se conocen condenas contra estos dos hermanos y se prevé seguirán delatando en las cortes norteamericanas. (PD).