Tegucigalpa  Los nicaragüenses son los ciudadanos de los países de Centroamérica y de la República Dominicana con mayores solicitudes de asilo o refugio en un tercer país, según un informe divulgado el martes del Programa Estado de la Nación (PEN), con sede en Costa Rica.

Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), en 2022 hubo más de 727.000 personas de la región centroamericana que solicitaron asilo en un país distinto al que residen.

«De estos, un 31 % fueron de Nicaragua, 25 % de Honduras, 22 % de Guatemala, 21 % de El Salvador, y el restante 1 % es originario de los demás países de la región», de acuerdo con el estudio de PEN: «El éxodo en Centroamérica y República Dominicana, ¿tenemos una crisis de refugio en la región?», enviado a EFE.

PEN, que se define como un centro de investigación participativa e innovación para la promoción del desarrollo humano sostenible, observó que la mayor parte de esas solicitudes se han realizado hacia Estados Unidos, México y otros países de la región, como Costa Rica.

«Es claro que la problemática de la expulsión de personas en condición de solicitante de refugio crece, y los detonantes de desplazamiento en estos países se mantienen, con particular intensidad en Nicaragua», anotó el estudio.

COSTA RICA Y PANAMÁ ACOGEN REFUGIADOS

PEN advirtió que el aumento en las solicitudes de refugio por parte de la población nicaragüense, sumado al flujo de la población solicitante proveniente de Venezuela, «impactó los sistemas de gestión de refugiados, particularmente de Costa Rica y en alguna medida también Panamá».

«Estos fueron los principales receptores de refugio con 359.286 y 27.743 entre 2017 y 2022, respectivamente», precisó.

Datos de la Dirección General de Migración y Extranjería de Costa Rica indican que en el 2022 este país recibió 80.028 solicitudes de refugio provenientes de nicaragüenses.

Según el centro de investigación, los sistemas de gestión de refugiados «no dan abasto» y «acumulan solicitudes sin resolución, dejando a gran cantidad de personas a la espera de respuesta lo cual puede tardar años».

De esa forma, subrayó el informe, «la crisis se profundiza de dos formas: el creciente éxodo de población originaria de la región que busca refugio y las debilidades de los sistemas migratorios que gestionan el refugio».

«A esto se le suma el hecho de que los países siguen construyendo condiciones de expulsión, y que a nivel regional no se ha creado un marco de respuesta conjunta efectiva con estrategias para reducir los flujos ni condiciones para acelerar el procesamiento, análisis y solución de las solicitudes que le permita a las personas refugiadas condiciones mínimas para su subsistencia e integración en los países de destino», alertó.

PEN, que divulgó este informe con ocasión del Día Mundial de las Personas Refugiadas, abogó por visibilizar «a los miles de seres humanos que toman la dura decisión de dejar sus hogares atrás», ya sea de manera individual o acompañados, y «emprender una travesía que usualmente está cargada de múltiples riesgos y que los pone constantemente en situaciones de mucha vulnerabilidad».